El líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama, cruzó la frontera con la India después de un viaje épico de 15 días, a pie y a caballo por las montañas del Himalaya, hace 62 años. Viajaba con su sequito sólo de noche, para evitar ser detectado por los centinelas chinos. En su camino hacia la libertad fue escoltado y protegido por muchas personas. Sangye Yuton y Namgye Choeduz, ambas de 86 años, eran granjeras y vivían cerca de la frontera cuando fueron testigos de su legendaria huida. Pocos después, ellas también escaparon junto a otros 150.000 refugiados en todo el mundo. Las dos mujeres tuvieron la oportunidad de volver a ver al Dalai Lama en 2017 cuando fue a Bután, donde residen, para la inauguración de un templo. El fotógrafo español Ángel López Soto lleva décadas documentando el exilio tibetano por India, Nepal, Europa y Canadá, tras la invasión de China en 1959 que dejó más de un millón de muertes.
