“Fútbol al atardecer”, esta imagen del belga Marc Apers captura a un grupo de jóvenes jugando bajo el manto protector de los baobabs. Ningún otro árbol atrapa la imaginación, ni ejerce su poder como elemento de cohesión comunitaria, como el baobab. Tanto en África como en Australia los baobabs no son sólo importantes por su belleza o por su antigüedad (existen ejemplares milenarios), lo son por el papel que desempeñan como casas, bodegas, tumbas, iglesias y salas de reunión. Un estudio genético sobre la distribución de los baobabs demostró que existe una relación entre las diferentes subespecies de árboles y los grupos lingüísticos aborígenes. Y estudios paleobotánicos prueban que a lo largo de la historia los árboles “totémicos” siempre han sido un lugar de encuentro para cerrar los grandes pactos sagrados. Esta imagen es una de las premiadas en el certamen en blanco y negro Monovisions Photography Awards.
