Por Ana Hernández
Hagamos el amor y no la guerra. El amor también es político. Para Foucault la política es la guerra en la arena discursiva. Esta semana la conversación giro por el principal chimento protagonizado por actrices, modelos y futbolista. Es la excusa perfecta para hablar del fondo y no de la forma.
El chisme no tiene geografía ni particularidades a lo largo de la historia de la humanidad. El chisme y el chusmerío son universales. Debe ser una de las pocas cosas que afecta de la misma manera e interesa igual a ricos y pobres. Pero que tendrá que ver el matrimonio, la infidelidad con el amor me pregunto.
Los modos de construcción, los vínculos y las relaciones humanas tienen que ver con la educación sentimental y su narrativa. Si Marta te cuento que para desilusión de muchos ser más o menos enamoradiza tiene que ver más con la industria Disney que por las mariposas en la panza. Estructuralmente, mientras se siga tomando al mismo como violación a la propiedad privada. El vínculo se convierte en mercancía desde el momento que cuantificamos cuantos damos y cuanto recibimos. Él debe y el haber como la grillita contable. Si es de ese yo no lo quiero. Pero comprendo que hay muchas formas de amor, hay tantas formas como personas en el mundo. El matrimonio es una forma de organización social central y vital en nuestra sociedad para su organización, pero es optativa. Se me viene a la cabeza el título de la obra no soy feliz, pero tengo marido.
La educación negada.
La identidad y las formas de vincularnos son una construcción social. Así como no hay prostitución sin prostituyentre, no hay roba maridos sin maridos infieles. La educación sentimental de los últimos dos siglos cae y se refleja en un chimento internacional, una cierta hibridez entre morbo, vulgaridad, machismo y sociología forzada.
A veces me gusta escribir para contradecir canciones. La soledad y yo siempre nos llevamos bien. Hay algo del goce en el silencio, en la cama vacía que para mí no es carencia sino una posibilidad siempre vigente. De lo contrario sería como vivir en una ciudad sin rio. Sin mi rio carezco de horizonte. Y sin horizonte me ahogo.
La intolerancia a la frustración; el miedo al abandono y la dependencia emocional es cosas de humanos y no de los amantes. Son Laberintos que no elijo transitar, pero los comprendo. No obstante, esas emociones son todo lo que está mal y son el resultado de la educación negada. Educar desde la carencia es la negar la posibilidad de completud.
Los espejos son siempre cuchillos ejecutando nuestra mirada, es sumamente necesaria la otredad. La otredad bien entendida. ¿Entones que es el amor? ¿El amor es la pareja? ¿Quién no tiene pareja no tiene amor?
Para el biólogo Maturana el concepto de amor es concebir al otro como un legítimo yo. Del tema mucho no sé, pero presiento que el amor es otra cosa, es respetar los acuerdos no escritos en la cama y al alba, es la pregunta siempre abierta; la mirada cómplice; el abrazo en los acordes cotidianos. Es la relación con las reglas respetadas. El amor no se disputa, el amor se ejerce. El amor es otra cosa.