Este martes Ucrania y Rusia trasladaron a la ONU sus acusaciones por los muertos en Bucha.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, solicitó este martes la exclusión de Rusia del Consejo de Seguridad de la ONU por cometer los «peores crímenes de guerra» desde la Segunda Guerra Mundial, después de acusarla de llevar a cabo una masacre de civiles en Bucha, ciudad vecina a Kiev, mientras que el Kremlin consideró que esas denuncias son una «provocación falaz que sirven para encontrar un pretexto para torpedear las negociaciones de paz».
La indignación internacional que causaron imágenes de muertos diseminados en calles de la localidad concentraron la agenda de la reunión del Consejo de Seguridad, mientras en Ucrania las fuerzas rusas se estarían alistando para una nueva ofensiva en el este y el sur del país, de acuerdo con la OTAN.
Al hablar en videoconferencia, Zelenski comparó la violencia en Bucha con los actos violentos cometidos «por terroristas como Daesh», acrónimo en árabe del grupo Estado Islámico, pero «perpetrados por un miembro del Consejo de Seguridad de la ONU».
La Defensora del Pueblo de Ucrania, Lyudmyla Denisova, aseguró que entre 150 y 300 cuerpos podrían haber sido arrojados a una fosa común localizada junto a una iglesia de Bucha. En ese marco, Zelenski pidió que se excluya a Rusia del Consejo de Seguridad, del cual es uno de los cinco miembros permanentes, y una reforma del sistema de Naciones Unidas para que «el derecho al veto no signifique derecho a morir».
Por su parte el canciller ruso, Serguei Lavrov, consideró que esas denuncias son una «provocación abierta y falaz, que sirve para encontrar un pretexto para torpedear las negociaciones de paz». Lavrov, que considera un «montaje» las imágenes viralizadas de Bucha, lamentó que dicha «provocación» se produjera justo cuando por fin se vio «algo de luz» en las negociaciones con Kiev.
De la reunión del Consejo de Seguridad participó también el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que pidió una investigación «independiente» para determinar si lo ocurrido en Bucha constituye un crimen de guerra.