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sábado, diciembre 14, 2024

Rompecabezas del día después de las elecciones

Los resultados del domingo pasado dejaron una serie de definiciones sobre la configuración del Congreso nacional, el contexto de gestión de los próximos dos años y las aspiraciones legítimas hacia 2023. Estadísticas, observaciones y escenarios en Entre Ríos luego de la elección.

Por Mariano Osuna

Pasaron las encuestas, los sondeos y los comicios legislativos, con matices significativos en los resultados respecto a las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del pasado 12 de septiembre. Cambiemos ratificó los triunfos en Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza, Capital Federal, Corrientes, Jujuy y San Luis, mientras que el Frente de Todos consolidó las victorias en San Juan, Catamarca, Formosa, Salta, Santiago del Estero y La Rioja. El oficialismo revirtió los resultados de Tierra del Fuego y Chaco, mientras que retrocedió al tercer lugar en Santa Cruz, misma posición que en Río Negro. Por su parte, la principal fuerza opositora mejoró su cosecha en Tucumán, aunque no le alcanzó, redujo la distancia de votos en San Luis, y perdió el margen de diferencia en provincia de Buenos Aires.
Los resultados finales no tuvieron la contundencia que Juntos esperaba, pero tampoco la concreción de las necesidades del Frente de Todos. La diferencia, apenas un punto por encima en territorio bonaerense, dejó más incertidumbres que certezas en el tablero legislativo, pero también en el escenario político en general. El Gobierno nacional, con el respiro de los números del principal distrito electoral, buscó el relanzamiento de la gestión con una movilización a Plaza de Mayo por el Día de la Militancia, fecha que conmemora la vuelta de Juan Domingo Perón luego de 18 años de exilio y proscripción, donde el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se encuentra en el horizonte más cercano, por los vencimientos impagables de los próximos años, pero también la búsqueda que la reactivación macroeconómica se vuelque en los bolsillos trabajadores.

La composición del Congreso
Sin los resultados catastróficos en la antesala de las elecciones generales, el escenario del día después dejó un complejo contexto respecto a la composición del Congreso nacional. Con el escrutinio definitivo finalizado, el Frente de Todos se mantiene como primera minoría en la Cámara de Diputados de la Nación con 118 bancas, mientras que la alianza Juntos alcanza 116 bancas, números bastante alejados de los 129 que se requiere para el quórum y que implica un proceso similar, en materia de negociaciones, a los primeros dos años de la Cámara Baja bajo la presidencia de Sergio Massa, donde el consenso con bloques minoritarios y provinciales será indispensable para la aprobación de leyes que dinamicen los ejes prioritarios del Gobierno nacional.
Por otro lado, en el Senado, el oficialismo quedó con 35 escaños, dos menos de los necesarios para el quórum, lo que significa la necesidad de estrategias similares respecto a posibles aliados provinciales, especialmente los bloques unipersonales de Juntos Somos Río Negro y el Frente Renovador de la Concordia de Misiones. No obstante, ambos bloques han acompañado en los años anteriores las leyes del oficialismo, con lo cual no se esperan demasiados contratiempos a diferencia de la Cámara Baja.

Los resultados en Entre Ríos
Los cambios realizados en la segunda parte de la campaña, especialmente respecto a la cercanía, las recorridas presenciales y las estrategias parecidas a épocas pre-pandemia, no tuvieron incidencia en la voluntad de los electores el pasado domingo. Ambos frentes electorales crecieron un poco, aunque sin variantes estructurales, salvo la capacidad de capitalización, por la lista encabezada por Rogelio Frigerio, de los votos logrados en septiembre por Pedro Galimberti, que luego de la elección interna se metió en el tercer lugar de la nómina final, desde donde consiguió una banca nacional.

La boleta de Juntos por Entre Ríos cosechó 435.787 votos, mientras que el Frente de Todos de Entre Ríos logró 252.161 votos, con victorias contundentes de la oposición en los departamentos Paraná, Gualeguaychú, Concordia, Uruguay, Federación, Diamante y Colón. Además de triunfos más ajustados en los departamentos La Paz, Ibicuy, San Salvador y Federal, mientras que el único trofeo del oficialismo se dio en Feliciano, revirtiendo los números de septiembre.
832.846 entrerrianos fueron a las urnas este 14 de noviembre, lo que representa un 74,25% del padrón habilitado. Tras las nóminas de Rogelio Frigerio y Enrique Cresto, se ubicó Miriam Müller, del Partido Conservador Popular, con 29.525 votos; Nadia Burgos, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), con 27.912 votos; Lucía Varisco, del Partido Fe, con 24.307 votos; Juan Rossi, con el Partido Socialista, con 16.669 votos; y Federico Di Marchi del Nuevo MAS, con 11.273 votos.
Una de las apuestas para esta segunda instancia electoral fue obtener una mayor participación de electores que en las Primarias de septiembre. Con éxito moderado, los departamentos que más movilización a las urnas tuvieron, el 14 de noviembre, fueron Federación con el 78.93% de los votos, Gualeguaychú con el 78.91%, Nogoyá con el 76.55% y San Salvador con el 75.73%. Lo contrario ocurrió en Diamante con el 69.65%, Villaguay con el 71.24%, La Paz con el 72.31% y Victoria con el 72.38%, que fueron los distritos con menos participación, bastante por debajo de la media provincial.

El tablero político entrerriano
El día después de las elecciones del domingo implica un momento de reflexión, evaluación y autocrítica para el peronismo, o mejor dicho, para el frente electoral que permitió la reelección de Gustavo Bordet en 2019. Punto y seguido, la columna política de los domingos de Diario La Calle, explicó las diferencias fundamentales entre una elección de medio término, donde se definen cargos legislativos, con una votación donde se eligen intendentes, gobernadores y presidentes. A ese escenario, sumarle que el Gobernador de Entre Ríos transita los últimos dos años de gestión de su segundo mandato, con varios posibles candidatos por el oficialismo y un contexto de incentivo de internas, tras la contienda competitiva entre el PRO, liderado por Frigerio, y la UCR, encarnada por Pedro Galimberti, incluso desplazando a Atilio Benedetti, actual diputado y uno de los actores más importantes del radicalismo en la última década en Entre Ríos.
Con una diferencia superior a los 19 mil votos en el departamento de la capital del peronismo y del citrus, donde salieron los últimos mandatarios justicialistas, Enrique Cresto define por estas semanas su continuidad como administrador del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), con una caja significativa y posibilidad de territorialidad en la provincia, o la asunción de la banca nacional, y las ventajas y desventajas que eso supone en el camino hacia 2023.
Algunas voces del justicialismo entrerriano tomaron nota de dos definiciones nacionales: una ligada a los cambios del gabinete nacional, que solo tuvo post PASO la presentación de renuncia de Sonia Velázquez, a cargo de la cartera de Salud, que no fue aceptada por Bordet; la otra sobre la necesidad de internas, en un contexto donde además de la economía, se ha perdido cierta capacidad de convencimiento, movilización y cercanía, por errores propios, por equivocaciones no forzadas y por problemas de gestión. Esa frustración, por muchos factores, requiere de transformaciones en los contenidos y las estrategias del Frente de Todos, para darle batalla, en Entre Ríos, a una figura con luces mediáticas porteñas por su paso en el Ministerio del Interior con Mauricio Macri.
Por estas horas, aún sin el paso del tiempo necesario para análisis más acabados, la pelota se encuentra en el despacho del Gobernador, en un escenario donde la figura de Cresto sufrió el deterioro de la campaña, aunque no implique que los números del domingo sean el techo electoral del Intendente con licencia de Concordia. Los olvidables resultados en Paraná, profundizado por la situación de Paraná Campaña, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay también dejaron en la lupa a las administraciones municipales, no porque se hayan evaluado sus gestiones sino porque la capacidad de organización y de construcción de los próximos dos años serán claves para las aspiraciones legítimas de Adan Bahl, Martín Piaggio y Martín Oliva. A eso agregarle la situación de departamentos donde el peronismo se ha acostumbrado a perder, como Victoria, Gualeguay, parte de Federación y La Paz.
De la misma manera que la capacidad del Gobierno nacional de llevar adelante su agenda, es clave pensando en los comicios de 2023, también lo es la reconstrucción de la apoyatura social, hoy un poco frustrada, que permitió la vuelta al poder del peronismo en 2019.
Esos desafíos, también se encuentran en Entre Ríos, donde es primordial la clarificación de los ejes fundamentales de la última etapa de gestión del Gobierno provincial y de municipios, como la vuelta a convocatorias por fuera de microclimas y de sectores más convencidos, en la búsqueda de esa capacidad de pertenencia de un proyecto que se perdió.
El escenario provincial del Frente de Todos no se resuelve solamente con medidas nacionales que mejoren la vida cotidiana de la población, ni siquiera con cambios de gabinetes o con una propuesta de internas en todos los cargos, sino que implica otros niveles de organización que recupere el rol histórico del peronismo, donde la política sea el centro de los debates y las acciones.

Bordet en el momento de emitir su voto.
Rogelio Frigerio y Enrique Cresto.
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