Rafeca irrita al gobierno

Candidato a la Procuración General, el juez federal Daniel Rafecas lanzó un misil que impactó de lleno en el primer punto de la agenda de trabajo del Consejo de Notables y repercutió en un ala del kirchnerismo más duro que tanteaba la idea de reformar la ley de Ministerio Público Fiscal para aprobar un pliego sin necesidad de los dos tercios del Senado, sino por mayoría simple. Así fue leído por el mundo judicial cuando trascendió que el elegido por Alberto Fernández como jefe de los fiscales declinaría su postulación si se flexibilizaran los requisitos para su aprobación. “No estoy dispuesto a prestarme a eso”, fue la síntesis del mensaje, algo que generó inmediata reacción del Gobierno por canales privados, según pudo saber Ámbito. Se sumó a que, vía Zoom, Rafecas había insistido en la necesidad de fortalecer el sistema acusatorio, una de las dudas que genera la arquitectura de reforma judicial del oficialismo.
Vía Instagram, el juez publicó un posteo en el que ratificó su aspiración a ser jefe de los fiscales y que sólo la pandemia había retrasado su proceso de designación. En lo profundo, el ida y vuelta generó “ruido” intenso con el propio Fernández y, como contracara, fue bien recibido por gran parte del Poder Judicial, que se muestra crítico de la reforma y refractario a las iniciativas del kirchnerismo que planteaba como globo de ensayo reducir la cantidad de votos necesarios para aprobar un procurador. Un impacto que el Gobierno sintió al límite del cinturón.
El punto primero de la hoja de trabajo de la comisión de juristas para evaluar distintos temas de relevancia tenía al Ministerio Público Fiscal como objetivo. Y dentro de ese capítulo discutir respecto al procurador, en si corresponde mantener designación por dos tercios del Senado y si la duración de su mandato debe permanecer vitalicio o debe tener un plazo límite. En ese esquema comenzó un run-run respecto a que un sector del kirchnerismo buscaba flexibilizar el sistema de mayorías necesario para nombrar al procurador. De los dos tercios de los presentes a mayoría simple. “No estoy dispuesto a prestarme a eso”, trascendió su opinión sobre el cambio.