Por Carlos Heller
El Gobierno ha venido demostrando una capacidad de respuesta muy rápida. En la semana se reunió el Consejo del Salario, donde participan representantes de los trabajadores, empleadores, el Estado Nacional y los gobiernos provinciales, y se estableció un nuevo aumento del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM). A partir de septiembre habrá una suba del 9%, más un 4% en octubre y un 3% en febrero, acumulando un aumento del 52,7% entre marzo de 2021 y marzo de 2022. Según se informó, el salario mínimo se incrementará más de 10 puntos porcentuales en términos reales durante el corriente año. La medida alcanza a cerca de 1.100.000 trabajadores, trabajadoras y personas beneficiarias de programas sociales.
Por otro lado, el miércoles se anunció el aumento del piso de ingresos a partir del cual se paga el Impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría, que pasará de los actuales $150 mil a $175 mil. Con la actualización, que empezará a regir para los salarios de septiembre, se sigue el espíritu de la ley que se aprobó en abril, y por la cual se exime del pago a aproximadamente el 90% de los/as trabajadores/as en relación de dependencia. A su vez, se definió que el mínimo no imponible del impuesto, todas las deducciones y las escalas del impuesto volverán a actualizarse a partir del 1 de enero de 2022, siguiendo la evolución de los salarios. El sentido de la medida es fortalecer el poder adquisitivo de los hogares y seguir consolidando el mercado interno.
Como era de prever, casi a coro, desde el aparato mediático se salió a decir que “en clave electoral, el gobierno aumenta el piso de Ganancias”. Pero hay que recordar que estas facultades se incluyeron en la ley que se aprobó meses atrás. No se hizo por un tema electoral, estaba planeado desde antes. Creo que en los meses que vienen va a haber un crecimiento importante de la actividad en todos los rubros y a todo eso hay que acompañarlo. Sobre las medidas, cada vez es más evidente la existencia de distintos tiempos de recuperación económica a nivel de los sectores. La industria manufacturera ya está con niveles de actividad superiores a los del final de la pandemia macrista y hay un camino de recuperación del empleo que se está empezando a sentir. Más empleados en el sector implican un aumento de los ingresos y del consumo, parte central de la tarea para que la rueda virtuosa empiece a girar con más fuerza.