Por Juan Martín Garay (*)
A instancias del historiador José María “Pepe” Rosa, por medio de la Ley Nacional Nº20.770 del año 1.974, mañana 20 de noviembre se conmemora el Día de la Soberanía Nacional. La fecha se instauró en relación a la batalla de la “Vuelta de Obligado” y a través del Decreto Nacional N°1.584 del año 2.010 se incorporó como feriado nacional.
Vuelta de Obligado y la Soberanía Nacional
En 1845, cuando las potencias de Gran Bretaña y Francia se juntaron para atacar a la “unión de hecho” que figurativamente era nuestra Argentina (recordemos que la Organización de Derecho de la Nación la llevó adelante posteriormente Justo José de Urquiza), ésta se encontraba bajo el mando del Gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas.
El 20 de noviembre de ese año se produjo el combate de “la Vuelta de Obligado”. El objetivo de los enemigos era netamente de índole económica y política. Ante la estrategia desplegada por las fuerzas anglofrancesas, Rosas decidió hacerles frente encargándole al General Lucio Mansilla conducir las acciones. Así, en una estrategia exitosa, los enemigos capitularon luego de que las tropas patriotas “encadenaran” el río para defender la soberanía en el recodo más delgado del ancho Río Paraná en lo que hoy es la localidad de Obligado, partido de San Pedro, provincia de Buenos Aires.
Soberanía Política
Para Julían Licastro “la soberanía política pertenece al protagonista de la organización nacional que es el pueblo, en la plenitud de sus derechos políticos constitucionales. Se proyecta, así mismo, en la identidad nacional y su presencia en el concierto mundial. Exige la defensa de la soberanía territorial y cultural contra toda forma de colonialismo, satelización o agresión”. Además explica que en relación al poder existen (esto hoy lo vemos claramente) dos modelos políticos muy diferenciados: “un modelo participativo, donde el poder representa anhelos comunitarios de justicia social, independencia económica y soberanía política; y un modelo excluyente, donde el poder permanece en círculos estrechos de influencia y presión con fines especulativos, a expensas del desarrollo integral del país (subdesarrollo y pobreza)”.
La hermana filosofía
Ahora bien, para llevar adelante la necesaria tarea de (re) construir la Nación, más que nunca necesitamos apoyarnos en la filosofía como “hermana mayor de la política”. Porque para quienes tenemos una cosmovisión de la vida aceptada desde la razón y que se llama Justicialismo, el principio rector del tiempo por venir tendrá que tener una nueva síntesis en la forma de ejecución de acciones a través de la Doctrina que llamamos “Comunidad Organizada”, como explicación filosófica del Justicialismo. Por eso, ante esta realidad, urgen tiempos de preparación de grandes iniciativas que generen esperanza en el abordaje del destino del nuevo Proyecto Nacional y que logren encender los corazones e imaginación de los cuadros de conducción para “ver, apreciar, resolver y actuar”, con una fuerza orgánica a desarrollarse mediante el Movimiento Nacional.
La esperanza
Terminado que fuere el escenario electoral 2023, el desafío mayor pasará por generar una participación que tenga como verdadero protagonista al pueblo (el modelo participativo del que explica Licastro), e ir por la ejecución de un programa que sea acorde a nuestras reales necesidades económicas y sociales, buscando una cohesión de las fibras íntimas que componen históricamente el campo nacional (tarea nada fácil por cierto).
La única manera de volver a representar la esperanza en la gente -el pueblo- será buscando una verdadera soberanía política que ponga fin a un modelo excluyente, a un modo de ejercer la política sin esencias ni contenidos, que termine con la búsqueda del poder por el poder mismo, que de fin a la mera ambición de cargos para beneficio personal o de satisfacción de egos.
¿Se volverá a representar esa esperanza que necesita el pueblo? Es posible, si como expresa el Papa Francisco nos damos cuenta que “la esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a los ideales que hacen la vida más bella y digna”. Defendamos la soberanía, “encadenemos el río” de las incongruencias y las banalidades políticas para que no pasen las injusticias sociales y podamos ganar nuestro actual combate devolviendo alegría a la gente y esperanza al pueblo. Hoy tenemos nuestra propia “Vuelta de Obligado”, precisamente como dice el dicho: “a la vuelta de la esquina”. De nosotros depende.
(*) Secretario de Gobierno de la Municipalidad de Concepción del Uruguay desde el 2019. Presidente de Bloque Concejales del PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.-