Durante la noche del jueves, Israel incrementó sus ataques aéreos sobre Ráfah, a pesar de haber anunciado previamente planes para evacuar a civiles y llevar a cabo un asalto total en la ciudad del sur de Gaza. Esto ocurrió a pesar de las advertencias de los aliados sobre el riesgo de sufrir víctimas masivas.
Los médicos en Gaza informaron sobre cinco ataques aéreos israelíes en Ráfah, los cuales impactaron al menos tres residencias y resultaron en la trágica muerte de seis personas, incluyendo a un periodista local.
El embajador palestino ante las Naciones Unidas, Ibrahim Khraishi, expresó su preocupación sobre la situación en Ráfah, destacando el alto nivel de alerta entre los residentes. Muchos se encontraban tratando de abandonar la zona debido a los peligros, pero se enfrentaban a la dificultad de encontrar refugio en un área tan limitada.
En el séptimo mes de un conflicto devastador contra el grupo islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza, las fuerzas israelíes también reanudaron los bombardeos en otras áreas del enclave, incluyendo el norte y centro, así como en el este de Jan Yunis, al sur.
El gabinete de guerra del primer ministro Benjamin Netanyahu estaba en reuniones para planificar la eliminación de los últimos bastiones de Hamás en Ráfah y otros lugares, según informó el portavoz gubernamental David Mencer.
Las crecientes advertencias sobre una posible invasión de Ráfah llevaron a algunas familias a buscar refugio en áreas cercanas, como la zona costera de al-Mawasi, o intentar desplazarse hacia el norte. Sin embargo, la incertidumbre reinaba entre los residentes, quienes habían aprendido que ningún lugar era realmente seguro después de tantos días de conflicto.
Mohammad Nasser, padre de tres hijos, compartió su experiencia de escapar de Ráfah hace dos semanas para refugiarse en Deir Al-Balah, en el centro de Gaza, con el fin de evitar ser atrapado por una posible invasión israelí.
Shaina Low, portavoz del Consejo Noruego para los Refugiados, observó una disminución en la población de Ráfah, lo que indicaba una posible anticipación de una invasión después de la festividad judía de la Pascua, el 30 de abril.
En preparación para el ataque, un alto funcionario de defensa israelí mencionó que Israel estaba listo para evacuar a civiles y que había adquirido tiendas de campaña para albergar a un gran número de personas. Imágenes satelitales mostraban campamentos en al-Mawasi, entre Ráfah y Jan Yunis, indicando una preparación para una posible afluencia de refugiados.
