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Concepción del Uruguay
domingo, diciembre 15, 2024

Hojas Sueltas… Lengua de Señas

Rocío Martínez (*)

Este miércoles el gobierno nacional promulgó la ley que reconoce a la Lengua de Señas Argentina (LSA) como lenguaje natural y originaria de la comunidad sorda y destaca la importancia de su preservación y difusión, como parte del patrimonio lingüístico y cultural. Esta ley surge por iniciativa de organizaciones sociales de personas sordas, encabezadas por la entidad que las representa a nivel nacional, la Confederación Argentina de Sordos (CAS), y forma parte de una larga campaña, que ya tiene 16 años de antigüedad. Asimismo, es una ley que cuenta con el aporte de investigaciones del Conicet y la UBA en el área de la lingüística. Primero, es necesario aclarar que existen muchas lenguas de señas en el mundo -al igual que existen muchas lenguas orales, como el español o el inglés-; cada una con su propia historia y estructura gramatical. En nuestro territorio, las personas sordas han desarrollado una lengua de señas, que se denomina Lengua de Señas Argentina (LSA). En su historia, la LSA ha sido una lengua utilizada en la clandestinidad, en tanto ¬las personas sordas eran -y son- castigadas física y psicológicamente por señar. A la luz de estos hechos, el reconocimiento legal de la LSA constituye una reparación simbólica a una historia de opresión que han sufrido las personas sordas en la Argentina y que resistieron años de estigmatización. En segundo lugar, el acceso temprano y el uso de la LSA no está garantizado y provoca graves vulneraciones de Derechos Humanos. Por ejemplo, todavía hay profesionales de la salud que prohíben el uso de la LSA a las personas sordas. Esto es particularmente perjudicial para las infancias sordas porque, a diferencia de otras comunidades -en las que las nuevas generaciones aprenden la lengua de la comunidad en el seno familiar-, el 95% de las personas sordas nace en familias oyentes que no utilizan la LSA y que no suelen recibir información adecuada respecto de esta lengua. Por ende, las niñeces sordas suelen atravesar sus primeros años de vida sin una lengua perceptualmente accesible, lo cual lleva a graves situaciones de privación lingüística. Esta ley representa un hito histórico para la comunidad sorda argentina. Hoy las personas sordas -y también su entorno familiar, escolar, laboral- podrán acceder a la LSA y participar de la vida cotidiana, en tanto esta lengua constituye un elemento básico de sus derechos humanos.

(*) Investigadora del Conicet.

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