Así fue que Carlos partió en noviembre de 2020 desde Puerto Vallarta. Si bien estimaba que tardaría cinco meses en llegar a Mar del Plata, los plazos del viaje se extendieron más de lo pensado, pero este mexicano de 27 años no dejó de pedalear para cumplir su sueño. Durante doce meses, atravesó toda Latinoamérica encima de su bicicleta.
«Ha sido un viaje que me ha cambiado en positivo. Me ha hecho más agradecido, más consciente. Cuando uno tiene un sueño a veces se frustra porque no le sale. Todo sueño tiene sus momentos difíciles. Son escalones que al final, si tienes constancia, lo vas a lograr», reflexiona.
«Mientras uno tenga una idea clara y positiva puede lograr muchas cosas. Estoy dando todo de mí. A eso venimos al mundo: a dar todo. Estoy muy contento con el viaje que hice. Se puede ir por los sueños», agrega.
Su periplo por América Latina le dejó decenas de anécdotas, pero él se queda con una en especial: al entrar a Perú no tenía inflador porque se lo habían robado en Ecuador y necesitaba comprar uno, pero no tenía dinero. Le pidió ayuda a Dios y al rato se encontró un teléfono celular Samsung que se lo vendió a un hombre al costo de un inflador.