El ex titular de la cartera de Turismo declaró por presuntas negociaciones incompatibles y peculado por la instalación del parador Mar del Plata.
Pese a contar con la posibilidad legal de no brindar su testimonio, Marsó respondió todas las preguntas. Tanto las que le hicieron las defensas como las que realizó la acusación a través del agente fiscal interino Juan Francisco Ramírez Montrull y la fiscal Patricia Yedro.
El ex titular de Turismo aseveró que lo une con el ex gobernador Sergio Urribarri un vínculo inquebrantable, forjado durante el tiempo que compartieron como compañeros en la escuela secundaria y durante el servicio militar obligatorio en la Infantería de Marina.
Se lo acusa de negociaciones incompatibles y peculado, debido a que en el relato de Fiscalía la licitación que favoreció a la empresa “El juego en que andamos” estuvo digitada y el evento se utilizó para promocionar a Urribarri en sus intenciones de ser candidato a presidente.
El ex funcionario afirmó en torno del primer eje que el proceso licitatorio corrió por cuenta de la Unidad Central de Contrataciones de la provincia y que no tuvo mayor intervención que realizar la solicitud para hacer el parador y firmar el acto de adjudicación junto con las demás autoridades intervinientes. También negó haber conocido con anterioridad al hecho al titular de la firma adjudicada Gerardo “Foia” Caruso. Tampoco volvió a verlo luego.
Sobre el segundo supuesto, negó que se hubiese utilizado el emplazamiento con fines proselitistas. Y dijo que si eso se hubiese querido hacer, las empresas privadas que participaron y aportaron estadías para sortear no se hubieran sumado o, al extremo, se hubiesen retirado.
Marsó dijo que de política y de intenciones electorales no hablaba con Urribarri. “No me gusta. La ejercí para ser intendente de mi ciudad. No me apasiona. Urribarri no hablaba conmigo de política partidaria”, remarcó. Incluso fue mucho más allá: “Urribarri nunca usó un evento de turismo para hacer política”, sentenció.
Comentó que la idea del parador surgió un año antes, en el verano 2013/2014 cuando él y gente de su cartera fue a Mar del Plata a promocionar carnavales. Allí se encontró con las instalaciones de las provincias de Buenos Aires, San Luis y Córdoba y decidió copiar la idea. En una reunión de gabinete a mediados de 2014 comentó la idea que fue avalada por el entonces mandatario provincial.
La condición que se había impuesto era la de conseguir gratis el lugar para montar el parador, aprovechando el convenio de reciprocidad que había entre la Provincia y el partido de General Pueyrredón, donde se ubica Mar del Plata.
Las gestiones para esto quedaron a cargo de Urribarri por su relación con el intendente local. Meses más tarde, el ex gobernador con un “dale” le dio luz verde para avanzar. Ya para entonces habían decidido que lo mejor sería contratar una empresa que se encargue debido a las dificultes que tiene la Administración Pública para movilizar gente durante tantas jornadas.
El espacio “cumplió con los objetivos. Fue mucho más de lo que imaginé” postuló Marsó, tras lo cual destacó la cifra record en turismo que alcanzó Entre Ríos en 2015.