Crónica desde una ciudad sitiada por el Coronavirus

Una comunidad silenciosa, entristecida, donde no anda u alma y los negocios trabajan en el reducido horario impuesto por las autoridades, y cuyas pérdidas nadie se atreve a calcular. Basavilbaso en el peor momento de la pandemia.

Entre el 19 de abril y el lunes 3 de mayo se hicieron 183 hisopados que arrojaron 151 resultados positivos. El Hospital Sagrado Corazón de Jesús suspendió todas las cirugías programadas y comenzaron a derivarse pacientes con coronavirus Concepción y Gualeguaychú.
La Muncipalidad mantendrá cerradas sus puertas hasta el lunes y solo se cumplen funcionales esenciales.
Mientras tanto, 10 vecinos han fallecido infectados por el virus, y 110 familias permanecen aisladas por haber tenido algunos de sus miembros contacto estrecho con contagiados.
Basavilbaso, esa localidad nacida “a la vera del ferrocarril” vive hoy más que nunca esa “quietud pueblerina” que reza la zamba en su honor.
La situación epidemiológica, sumada a la sanitaria que se complicó en los últimos días, caló hondo en la mayoría de los basavilbasenses y puso así a la ciudad del riel, que vivía un relajamiento, en pausa.
Solo la gurisada más chica se le anima al aire libre por estos días. Son contados los grupos que le dan vida a las plazas de los barrios. Espacios que extrañan a las familias los domingos de tarde; veredas que anhelan caminantes.

Marlene Aldaz
(Desde Basavilvaso)