Susana Medina acaba de asumir la conducción de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA), vuelve una vez más a presidir la entidad tras la conclusión del mandato de la cordobesa Aída Tarditti. En diálogo con Comercio y Justicia, la también titular del Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Entre Ríos fijó el podio de temas que hoy preocupan a las juezas del país, analizó qué medidas concretas se podrían implementar para avanzar en sentencias con perspectiva de género, y opinó acerca de una futura integración de la Corte Suprema con una mujer.
¿Cuáles son los tres principales temas de preocupación hoy para las juezas del país?
– Los principales temas de preocupación para las juezas de nuestro país es lograr un servicio de justicia eficaz, eficiente, independiente, transversal, transparente, con perspectiva de género, con equidad de género y cercano a la gente, en particular a la ciudadanía más vulnerable, a la que menos tiene, la que más sufre. La que muchas veces no tiene más que su propia vida, su propia existencia y la pone en nuestras manos para resolver sus más elementales derechos humanos, como el nombre, la identidad de género, el derecho al trabajo digno, el derecho a la salud, a la propiedad, en fin todo lo que hace a la dignidad del ser humano.
Nos preocupa también la creciente violencia que se da contra las mujeres, las ancianas y los ancianos, que son víctimas del atropello, muchas veces de sus mismos familiares. Nos preocupa la violencia y el abuso de niños, niñas y adolescentes, a quienes hay que cuidar y educar con amor, paciencia y dedicación. Tal como nos enseñaron: educar al niño para no tener que castigar al adulto. Como nos proponía Carmen Argibay, hay que educar para la igualdad, sólo así vamos a revertir esta situación.
– ¿Qué avances y qué pendientes existen actualmente a la hora de dictar sentencia con perspectiva de género? Con la experiencia de todos estos años en la materia, ¿qué medidas concretas se podrían implementar para avanzar en ámbitos judiciales?
– Ha habido muchos y muy buenos avances legislativos en los últimos años en materia de género, sin embargo, eso solo no alcanza; es necesario continuar con la capacitación y el perfeccionamiento judicial continuos, ya que la educación en la materia no es una opción sino una obligación legal y convencional. La capacitación es una valiosa herramienta de crecimiento individual, pero también de fortalecimiento institucional y garantía para la ciudadanía. Una judicatura capacitada es el reaseguro de la República; indicaron desde Comercio y Justicia Info.