La Justicia de Santa Fe admitió el cambio de apellido de una joven de 21 años.
La Justicia de Santa Fe admitió el cambio de apellido paterno solicitado por una joven de 21 años cuyo padre fue condenado en abril pasado a 20 años de prisión por abusar de ella durante más de una década.
“No puedo seguir identificándome socialmente con un apellido que alude a mi abusador”, sostuvo B., la joven de 21 años que tras acusar a su padre y lograr una condena, ahora consiguió que un juez de Familia de la ciudad de San Lorenzo, en Santa Fe, admitiera el cambio del apellido paterno.
El juez agregó que “a tal punto que, estoy convencido, no resiste el menor análisis el hecho que no pueda, ni quiera, ni sienta, identificarse con quien se transformó de progenitor en su abusador permanente y sistemático, durante la mayor parte de su vida”.
Como consecuencia de los abusos sistemáticos a los que fue sometida, la joven quedó embarazada de su padre y tras denunciarlo dio a la niña en adopción, indica la resolución, que no es la primera en esa materia, pues existen antecedentes de adolescentes mujeres y varones que solicitaron el cambio de sus apellidos en casos que llevaran el del abusador o del femicida de su madre.
En el escrito que B. presentó en el juzgado para solicitar el cambio del apellido paterno por el materno, patrocinada por la defensora general Silvina Raquel Bernardelli, señaló que “me encuentro que debo comenzar una nueva batalla y en esta presentación la comienzo”.
Así, solicitó “cambiar» su apellido, «el cual no puedo evitar por razones obvias, que cada vez que me nombren o que yo me tenga que representar, me identifique interna y socialmente con mi abusador, con todo lo que ello implica”.
La joven hizo referencia a “una nueva batalla” porque la primera consistió en poder contarle a su madre que era abusada sexualmente por su padre desde los 8 años, denunciarlo y llevarlo a juicio.
En abril pasado, un tribunal de la ciudad de San Lorenzo condenó a E.R.P. a 20 años de prisión por abuso sexual doblemente calificado.
Como consecuencia de “los traumas psicológicos que le ocasionó ser víctima de su propio padre”, reseña el escrito, la joven comenzó con apoyo terapéutico y con el paso del tiempo y la ayuda de su terapeuta, familiares y amigos, “logró transitar el juicio contra su abusador”.
Ese proceso “le hizo sentir que logró ser escuchada judicialmente, que su abusador pague con su libertad parte del daño que sufrió y que, más allá de los tratamientos que haga, la marcó de por vida”, sostuvo la abogada.