Por Carlos Heller
Ante los intentos de desestabilización, el Gobierno sigue implementando medidas para resolver los problemas con un modelo de crecimiento que incluye y favorece a la ciudadanía. Por ejemplo, la política monetaria que consiste en que las tasas de interés que cobran los depositantes no sean negativas frente a la evolución del proceso inflacionario. En simultáneo, del lado de las tasas activas, las que afrontan los que toman los créditos, se sostienen políticas para que las tasas de esos créditos continúen por debajo de la inflación. El objetivo principal de esta política es que los ahorristas o las empresas no busquen salidas alternativas para proteger el valor de su dinero frente a la inflación. La semana que pasada hubo un vencimiento de un bono por alrededor de 10.000 millones de pesos y, a pesar de que se trataba de un monto pequeño para el Estado, se instaló la versión de que el Gobierno no iba a poder cubrirlo. Sin embargo, se presentaron ofertas por aproximadamente 23.000 millones de pesos, de los cuales el Tesoro tomó 21.587 millones. De ese modo, pudo atender el vencimiento y le quedaron unos 11.000 millones de pesos que pasaron a integrar la masa de recursos disponibles que ayudan a reducir las necesidades de emisión para cubrir el déficit fiscal.
Empresas endeudadas en dólares
Esta operación es parte de una política a través de la cual el Estado viene construyendo un mercado de deuda en pesos. Al vencer los bonos en moneda nacional con acreedores locales los renueva con otras colocaciones en pesos. Se trata de una política exitosa: en cada una de esas licitaciones obtiene más pesos que los que necesita para cubrir los vencimientos. Ese excedente, como ya dijimos, se utiliza para cubrir parte del déficit fiscal, por lo que también se reduce la emisión monetaria. En paralelo, se viene poniendo en práctica una política sostenida de refinanciamiento de deudas heredadas. Por un lado, la refinanciación de los 100.000 millones de dólares de endeudamiento del Estado con bonistas privados. Por otro, la refinanciación de cerca de 45.000 millones de dólares de deuda que el Estado contrajo con el Fondo Monetario Internacional durante la gestión de Mauricio Macri. En esta línea, se implementaron una serie de regulaciones para la refinanciación de las deudas del sector privado con el exterior. Según un informe reciente del Banco Central, gracias a las regulaciones cambiarias que dispuso el actual gobierno, entre enero de 2020 y abril de 2022, de los 32.000 millones exigibles de cancelar en ese período, sólo se pagaron 5.367, el 17% del total. Es decir, se evitaron pagos en dólares del sector privado al exterior por 26.635 millones de dólares.A las empresas privadas endeudadas en dólares, el Banco Central les dice: si ustedes quieren comprar dólares en el mercado único de cambios al precio oficial para hacer frente a sus obligaciones de pagos en el exterior, lo podrán hacer por el 40% de lo que ustedes tienen que pagar, pero en la medida que obtengan una refinanciación de por lo menos dos años de plazo del 60% restante.
Una economía que crece
El gobierno presentó también una serie de iniciativas orientadas al control de precios, al combate de la inflación, a resolver el faltante de gasoil (se emitieron decretos orientados a incrementar su producción) y a dinamizar las obras del gasoducto Néstor Kirchner, además de la segmentación de las tarifas de servicios públicos. Se crea, además, el Régimen de segmentación de subsidios a las usuarias y los usuarios residenciales de los servicios públicos de la energía eléctrica y gas natural por redes. Para realizar la segmentación se tomará en cuenta la capacidad de pago de los hogares a partir de sus condiciones socioeconómicas. Todo ello se produjo en una semana donde se conoció la inflación de mayo, que el Indec midió en 5,1%. Sigue siendo un índice muy alto, pero lo positivo es que se sostiene la tendencia a la baja: del pico de 6,7% en marzo, hubo una caída a un 6% en abril y, el mes pasado, un nuevo descenso a un 5,1%. La Argentina no ha optado por una política de freno brusco del aumento de los precios porque ello ha tenido siempre un sesgo fuertemente recesivo. Se busca bajar la inflación pero sin enfriar la economía y manteniendo las políticas redistributivas. El gobierno trabaja en muchos frentes en simultáneo bajo una única estrategia: seguir desplegando un modelo de crecimiento con la gente adentro.