Yo digo… Reforzar la integración regional

Por Carlos Heller

La reciente cumbre de jefas y jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), constituye un hecho trascendente por donde se lo mire, y estuvo marcado principalmente por el regreso de Brasil al organismo.
El encuentro no se dio en un momento cualquiera: coincidió con una gran avanzada de una derecha que por distintas vías (militares, judiciales, mediáticas, etcétera) amenaza a buena parte del continente. El presidente de la Nación, Alberto Fernández, señaló en el discurso de apertura del encuentro que “la democracia está en riesgo” y que no debemos permitir que la derecha “recalcitrante y fascista ponga en riesgo la institucionalidad de nuestros pueblos”.
En la declaración conjunta de los miembros de la Celac, se comienza afirmando el compromiso de “avanzar con determinación en el proceso de integración, promoviendo la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de nuestros pueblos”.
El texto también hace referencia a la protección y la defensa de los recursos naturales y estratégicos y resalta el principio de no intervención e injerencia en las democracias de sus pueblos, entre otros puntos salientes.
Por su parte, en la reunión que mantuvieron los presidentes de Argentina y Brasil y otros funcionarios de ambos países se definieron importantes líneas de trabajo a futuro. Entre ellas aparecen la potenciación del Mercosur, la nueva puesta en marcha de la Unasur y la cooperación energética. En concreto, se habló de la posibilidad de que el gas de Vaca Muerta pueda llegar a la frontera con Río Grande y de que Brasil brinde financiamiento para la construcción de la infraestructura necesaria para el transporte del mismo.
Respecto de la idea de la moneda común entre ambas economías, se anunció que los equipos económicos de Argentina y Brasil trabajarán en el diseño de una herramienta para el pago de las transacciones de comercio. Se trata de un proyecto que, vale la pena aclarar, no contempla el remplazo de las monedas nacionales. El objetivo es reducir el uso del dólar para saldar las operaciones entre ambos países. Una herramienta que podría colaborar para limitar las presiones que padece nuestro sector externo.

Poner en marcha el Parlamento
Hoy en día en nuestro país se corre el riesgo concreto de una parálisis legislativa, en virtud de la negativa de la oposición de Juntos por el Cambio (JxC) a tratar toda una serie de cuestiones esenciales para la vida de la gente. Durante las sesiones ordinarias del año pasado ya fuimos testigos de estas acciones, que se reeditan ahora en ocasión de las extraordinarias.
La excusa para no tratar los temas elevados por el Poder Ejecutivo tiene que ver con el rechazo a un posible juicio político a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, al que se oponen y tildan de inconstitucional: todo un absurdo ya que es la única herramienta que tiene un Estado democrático como el argentino para poner en tela de juicio el accionar de la Corte. El juicio político está previsto en la Constitución Nacional y cuenta con una amplia jurisprudencia.
En este marco, los y las integrantes del bloque de diputados y diputadas nacionales del Frente de Todos, que somos autoridades de las comisiones intervinientes en el tratamiento del temario, emitimos un comunicado donde expresamos que se trabajará para el tratamiento de los temas propuestos por el Presidente de la Nación. Resulta imprescindible, sostenemos en ese documento, “el tratamiento -en comisiones y en el recinto- de temas que hacen al desarrollo económico y productivo; la generación de empleo; el impulso a las economías regionales; el desarrollo de inversiones energéticas; la planificación de la ciencia y tecnología; la inclusión jubilatoria; la creación de nuevas universidades; la mejora en el acceso al derecho a la salud; la prevención del lavado de acticos; la creación de áreas protegidas; y el fortalecimiento del funcionamiento del poder judicial, en sus distintos estamentos”.

Una agenda a la que no se le puede dar la espalda.
Es fundamental “dar los debates. Trabajar en las comisiones. Trabajar en el recinto. Para eso somos diputados y diputadas nacionales”, cierra el texto.
Nadie está diciendo que tienen que estar de acuerdo con el contenido de los proyectos propuestos; a lo que no se pueden negar es al intercambio de ideas. En su origen, la palabra “parlamento” remite a la idea de deliberar: si eso no ocurre, lo que se produce es un vaciamiento de una institución clave dentro del entramado de la democracia.