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Concepción del Uruguay
viernes, diciembre 13, 2024

Yo digo… Las 10 verdaderas revelaciones de Assange

Por Luis Britto

Que las autoridades estadounidenses secuestran, torturan, asesinan. Que rigen campos de exterminio y genocidio. Que sus embajadas espían y desestabilizan gobiernos progresistas. Que sus guerras pillan recursos o zonas estratégicas. Que las supuestas agresiones que invocan como pretexto para ellas son provocaciones montadas por los propios estadounidenses. Todo eso lo sabía quien no fuera bobo. No. Las revelaciones que convierten a Julián Assange en el comunicador más célebre del planeta y a Wikileaks en el medio más consultado son mucho más graves, subversivas y demoledoras:

1. Heredar un medio no te convierte en comunicador. Se puede ser propietario de una empresa mediática sin ser comunicador, se puede ser comunicador sin ser propiedad de una empresa mediática. Un nuevo medio de producción, la computadora (o el celular), posibilita que el usuario, como el artesano, sea propietario a la vez de la herramienta y del producto de su trabajo. Liberar herramienta y producto es liberar al comunicador.

2. Ser comunicador es independizarse de los monopolios. Internet, un nuevo medio todavía no enteramente monopolizado por el gran capital, permite transmitir información sin el paralizante aparato de cables, agencias, radios, televisoras, distribuidoras, circuitos de exhibición cinematográfica y concesiones que hasta ahora han posibilitado a cinco oligopolios adueñarse de la información global. Una computadora y una conexión a la red posibilitan a cualquiera ser comunicador.

3. Ser comunicador es comunicar. La democratización del medio hace decisivo el mensaje. Los grandes titulares y los altoparlantes titánicos de la no información persiguen en vano al público; el público le sigue la pista a la revelación de Wikileaks. Sólo mediante el monopolio de la comunicación se hizo imperar en los medios los no mensajes de la publicidad, del entretenimiento sin contenido y del noticiero sin información. Pero ahora, la multiplicación infinita de emisores permite al receptor seleccionar el mensaje no redundante, que aporta información nueva, veraz y pertinente.

4. Ser comunicador es liberarse de anunciantes. Quien anuncia, manda. Las federaciones de anunciantes crean o clausuran medios. Pero el mensaje publicitario que hizo financieramente viables los medios terminó por hacerlos comunicacionalmente inviables. Información, educación y entretenimiento pasan a ser residuo de la publicidad: pasan a ser publicidad. Assange y compañía demuestran que se puede comunicar sin agredir al receptor con los agobiantes infomerciales, las insoportables reiteraciones, las destructivas inserciones propagandísticas que están llevando al sepulcro a los medios convencionales.

5. Ser comunicador es liberarse del jefe de redacción. Constituciones y leyes consagran la libertad de expresión, jefes de redacción tachan, cortan, censuran, jerarquizan, retitulan o desechan. En Internet el comunicador no tiene otro jefe que su conciencia.

6. Ser comunicador es transmitir hechos y no inventarlos. Quien depende de medios, transnacionales, anunciantes o jefes de redacción, confunde los intereses de éstos con revelaciones, y las revelaciones con hechos. Pero el medio no es el mensaje.

7. Ser comunicador es ser creíble. Nadie cree una palabra de los partes que las autoridades de Estados Unidos sermonean en sus ruedas de prensa a periodistas que jamás han tenido contacto con un hecho. Las revelaciones de Assange son creídas porque concuerdan con actos pasados y presentes de las personas e instituciones a las cuales se refieren.

8. Ser comunicador es distinguir entre hechos y opinión. Assange transmite, no fuerza al público su punto de vista sobre el significado o autenticidad de su material. Es posible que en él las agencias de seguridad hayan plantado piezas de propaganda negra, falsedades, contrainformación. La opinión de un diplomático o un funcionario estadounidense con frecuencia no es la verdad, sino todo lo contrario. Habría también que explicar por qué entre tantas filtraciones, ninguna se refiere a Israel. Pero el material bruto es base del juicio inteligente. Hacer estas críticas le corresponde al receptor. Con Internet el juicio del pueblo vuelve a ser soberano.

9. Ser comunicador es ser responsable. Si revelar hechos puede ser considerado delito, ocultar delitos es hacerse cómplice.

10. Agredir al mensajero es confirmar el mensaje
La feroz persecución contra Julian Assange comenzó en 2010 en Suecia, con la acusación de una presunta víctima por violación. No importó que en 2017 la Fiscalía sueca decretara el cierre de la investigación y el archivo de esa causa. Tampoco que por igual crimen se podría poner tras las rejas a la humanidad entera. ¿Por qué nadie levanta un dedo contra los criminales que el periodista australiano denunció con pruebas demoledoras e irrefutables? Cuando veas arder las barbas de tu comunicador, es porque no miente.

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