Yo digo… La vuelta de la geopolítica al ajedrez

Por Arturo Brooks

Durante siglos, el ajedrez ha sido una metáfora de la guerra. En el próximo campeonato mundial, que tendrá lugar en 2023 entre el ruso Ian Nepomniachtchi y el chino Ding Liren, la comparación puede ser más acertada que nunca, y es probable que el resultado se decida tanto por la superioridad de las supercomputadoras como por el ingenio humano individual. Y aunque el pésimo desempeño inicial del ejército ruso en Ucrania difícilmente sugiere una capacidad para beneficiarse de la Inteligencia Artificial en la guerra, China es el verdadero blanco en este otro frente.
El duelo entre “Nepo” y “Ding”, como los llama el mundo del ajedrez, ha surgido porque el número uno del mundo y campeón defensor, Magnus Carlsen de Noruega, ha decidido que, tras haber ganado el título mundial en cinco ocasiones desde 2013 (no siempre fácilmente), ha decidido renunciar a los 31 años. (Nepo tiene 32 y Ding 29).
Nepo, quien, como muchos atletas rusos, debe renunciar a la bandera rusa para competir internacionalmente, se ha pronunciado en contra de la guerra de Ucrania y fue uno de los 44 destacados ajedrecistas rusos que firmaron una carta abierta al presidente Vladimir Putin a principios de marzo, “en contra de cualquier acción militar en el territorio de Ucrania”.

Memoria o enfoque de acero
Pocos esperaban que Carlsen abdicara a su título, pero su decisión es comprensible. Ya ha logrado ser considerado el mejor ajedrecista de todos los tiempos (junto con el ruso Garry Kasparov y el estadounidense Bobby Fischer), y ha establecido una exitosa plataforma de ajedrez. No quería disputar otra partida por el campeonato mundial sin el necesario enfoque de acero, lo que implicaba un extraordinario nivel de memorización, incluso más que hace 10 años. (Irónicamente, el nombre de Nepo en ruso significa «persona olvidadiza»; es todo lo contrario).
Los preparativos para las partidas por el campeonato del mundo se han vuelto cada vez más tensos, y las computadoras juegan un papel cada vez más importante. En una competencia normal, no vale la pena hacer meses de costosas investigaciones asistidas por computadora para ganar un solo juego contra un oponente fuerte. Hay demasiados juegos y demasiados torneos, y el elemento sorpresa se desvanece una vez que una nueva idea se emplea de manera destacada, incluso una vez.
Pero en los partidos cortos del campeonato mundial (el más reciente en 2021 entre Nepo y Carlsen se fijó para hasta 14 juegos), una victoria temprana puede tener un efecto enorme porque el líder puede darse el lujo de empatar todos los juegos restantes.
Para la disputa Nepo-Ding del próximo año, lo más probable es que Ding reciba una enorme ayuda de la comunidad tecnológica china. Si Nepo todavía puede obtener un apoyo similar de Rusia es menos claro, incluso si la visión del mundo del ajedrez de Putin es que el destino de Rusia sea estar en la cima una vez más.

Los beneficios de Netflix
Con la renuncia de Carlsen, el finalista en segundo lugar en Madrid, Ding, ganó el derecho a jugar el match por el título. El jugador chino de voz suave acaba de superar a Hikaru Nakamura, lo que decepcionó a los devotos seguidores del estadounidense. Nakamura es famoso por su ingenio tanto en los movimientos de ajedrez como en la conversación, se ha convertido en una superestrella de Twitch, ganando 1,5 millones de seguidores al jugar partidas simultáneas de alta velocidad y opinar sobre todo, desde qué tipo de automóvil comprar hasta de los secretos de la Inteligencia Artificial.
El ajedrez se está volviendo un éxito mundial. El ajedrez en on line se disparó durante la pandemia y, aunque se ha desvanecido un poco, métricas como la membresía en los principales sitios de juego virtuales indican que el interés sigue estando muy por encima del nivel de hace tres años. El éxito de “Gambito de dama” (2020), la serie de Netflix más taquillera de todos los tiempos que ganó un Emmy, sin duda ayudó. Si bien la miniserie no es exactamente para niños, sin embargo atrajo a una nueva generación de niñas al juego, como comenta Jennifer Shahade en su revelador libro “Reinas del ajedrez”.
Por cierto, como muchos otros, creo que Ding será el próximo campeón mundial, aunque ha tardado más de lo que pensaba en 2018. Si pierde, no sólo nos dirá algo sobre el carácter de Nepo, sino también que la supercomputación china quizás no sea tan avanzada como pensamos.