Andrés Huberman (*)
Si bien se ha dicho mucho sobre los beneficios de la gratitud en la vida cotidiana, la mayor parte de lo que veo “allí afuera” no es exacto a lo que muestra la ciencia. Lo que está claro es que prácticas específicas de gratitud pueden resultar inmensamente beneficiosas para nosotros. Por ejemplo, una práctica de gratitud eficaz puede:
a) Reducir la activación de los circuitos del miedo y la ansiedad en el cerebro y el cuerpo.
b) Mejora el estado de ánimo, la concentración y el sueño.
c) Reducir los biomarcadores de inflamación (cuando se combinan con herramientas para mejorar los vínculos sociales, los efectos positivos son aún mayores).
Por estas razones, y porque las fiestas navideñas están a la vuelta de la esquina y nos hacen navegar en interacciones sociales, he reunido una lista de pasos para mejorar la calidad de la conexión con uno mismo y los demás durante las fiestas y el año nuevo.
Recibe las gracias
Los estudios de neuroimagen, EEG (grabación eléctrica cerebral) y psicología muestran que los efectos positivos de una práctica de gratitud ocurren principalmente cuando recibimos, no cuando damos, gratitud. Por supuesto, para que eso suceda, alguien tiene que dar gratitud, pero simplemente expresar agradecimiento, si bien es útil, palidece en comparación con recibir gratitud. Por lo tanto, agradece y anima a quienes lo reciben a que realmente te escuchen.
Hazlo genuinamente
La intención genuina de quien da la gratitud tiene un impacto directo en el grado de efecto positivo que siente la persona que recibe la gratitud. Así que hazlo con honestidad. Eso es muy Importante.
Los estudios de neuroimagen del Laboratorio del científico Antonio Damasio muestran que observar o escuchar las historias de otras personas que reciben ayuda (o agradecimiento) activa circuitos prosociales que mejoran nuestro estado de ánimo y otras métricas de salud. Estamos programados para interacciones sociales y para medir el estado emocional de los demás. De ahí que haya miles de millones de publicaciones virales en Instagram y Twitter de personas ayudándose entre sí, personas ayudando a perros u otros animales atrapados en zanjas o arroyos, incluso perros ayudando a personas, etc. No es casualidad que estas publicaciones sean tan populares. Es beneficioso tener una historia que puedas recordar en la que alguien haya recibido gratitud genuina.
Homeostasis social
Tenemos circuitos cerebrales que impulsan un «hambre social»: un apetito por encontrar y reforzar vínculos sociales, y la liberación de la dopamina desde una ubicación especial del cerebro (llamada núcleo dorsal del rafe; DRN) está involucrada en ese impulso.
Los estudios sobre introvertidos y extrovertidos sugieren que a los introvertidos les gusta la interacción social, pero se sienten socialmente satisfechos más rápido que los extrovertidos. Esto tiene sentido, basándose en las posibles diferencias en la cantidad de dopamina que liberan del DRN en respuesta a las interacciones sociales. No asumas que los introvertidos son callados y que los extrovertidos hablan mucho. Eso puede ser cierto, pero con la misma frecuencia ocurre simplemente que los introvertidos experimentan una mayor liberación de dopamina debido a una menor interacción social y, por lo tanto, se sienten satisfechos antes.
Fusionar fisiologías
Algunos estudios realizados a principios de este año muestran que cuando las personas escuchan una historia, sus corazones comienzan a latir de manera similar incluso si no están en la misma habitación. Esto es notable y válido incluso para personas con orígenes y vidas muy diferentes. Otros estudios señalan el hecho de que cuando las personas tienen experiencias fisiológicas similares, siempre se sienten más cercanas, lo cual nos resulta familiar a muchos de nosotros. La oxitocina (una hormona) parece estar involucrada. La narrativa impulsa respuestas fisiológicas comunes, que son un poderoso “pegamento” para la construcción de relaciones de todo tipo. La conclusión: establece vínculos sociales escuchando, viendo o compartiendo historias. Que cada uno utilice sus teléfonos individuales no es la forma de hacerlo. Ver películas, escuchar a alguien contar historias, tocar o escuchar música, etc., son caminos excelentes para lograrlo.
Recordatorio
Mantén alta tu base de bienestar durante las vacaciones. Ve la luz del sol de la mañana, evita las luces brillantes (la mayoría de las noches) entre las 22:00Hs y las 04:00. Y practica el descanso profundo sin dormir (o duerme una siesta corta de 30 minutos) para que puedas mantener tus fuerzas en todo lo que estés haciendo.
(*) Neurocientífico. Profesor titular en el Departamento de Neurobiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.