Por Sebastián Furlong y Alfredo Serrano (*)
1.
Encuentros y motivaciones: actualmente, la relación entre iglesias evangélicas y Gobiernos progresistas se materializa a través de dos vías. Por un lado, la creciente presencia evangélica en los territorios más pobres refuerza una intermediación con las esferas estatales para obtener recursos de asistencia o de mejoramiento en los barrios populares. Por el otro, la búsqueda de erigirse en grupos de presión a partir de reuniones periódicas con las máximas autoridades gubernamentales para influir en las políticas públicas y la aprobación de proyectos de ley que defiendan sus intereses.
2.
Un electorado en disputa: la cifra de fieles evangélicos ya supone más del 20% de la población latinoamericana. En México más del 10 % de la población es evangélica; en Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Argentina y Panamá se habla de una cifra superior al 15%. En Costa Rica y Puerto Rico llega al 20%; en Brasil se barajan cifras que oscilan alrededor del 30% y en países centroamericanos como Guatemala, Honduras y Nicaragua la cantidad de fieles supera ampliamente el 40%, con números aún más altos si se pone la lupa en los sectores populares.
3.
¿Existe un evangelismo progresista?: la presente investigación aborda un campo poco indagado, el complejo vínculo entre Gobiernos populares e iglesias evangélicas en Argentina, Perú, México y Bolivia, países donde existe participación política concreta de dichos sectores en alianza con los Gobiernos, ya sea a partir de la adhesión o el aporte de candidatos o funcionarios. Se trata de Gobiernos progresistas de características diversas, pero con un rasgo común: con sus particularidades o matices, todos tienen vínculos políticos con sectores evangélicos.
4.
Teología y cambio social, un encuentro histórico en AL: el vínculo entre iglesias evangélicas y Gobiernos populares no es un fenómeno novedoso y tiene su expresión particular en los distintos procesos progresistas que gobiernan en la región.
5.
Sectores populares y evangelistas en México: el Partido Encuentro Social, de raigambre evangélica y parte de la coalición gobernante, cuenta con un gobernador en el Estado de Morelos, cuatro senadores en la Cámara Alta y una veintena de alcaldes. En 2018 se presentó con propuesta legislativa propia y obtuvo un 2,68% de los sufragios en la lista que llevó como candidato presidencial a Andrés Manuel López Obrador. En la elección para Senado, obtuvo 2,35%, contabilizando más de 1 millón de votos.
6.
El evangelismo organizado en Perú: el Frepap, con gran peso territorial y actualmente aliado político del Gobierno de Pedro Castillo, obtuvo en las elecciones parlamentarias extraordinarias de 2020 el 8,38 % de los votos (1.240.084 sufragios), colocando 15 congresales en un congreso de 130 y convirtiéndose en la tercera fuerza más votada a nivel nacional.
7.
Peronismo y evangelismo en Argentina: si bien los partidos evangelistas suelen encuadrarse en alianzas de derecha, pastores e iglesias vinculadas al peronismo han accedido a puestos claves de gestión. La Subsecretaría de Culto de La Matanza, el municipio más poblado de la provincia de Buenos Aires y de estratégico peso electoral, recientemente estuvo a cargo del pastor Gabriel Ciulla. Una parte significativa de las fuerzas políticas del evangelismo articulan con el Gobierno de Alberto Fernández como aliados, con puntos en común en sus agendas sociales e inserción en el impulso de políticas públicas.
8.
Encuentros y desencuentros entre evangelistas y movimientos sociales en Bolivia: estos sectores también juegan el papel de aliados, pero allí destaca el trabajo prolongado del gobierno del MAS ‒con mayor énfasis durante la última gestión de Evo Morales‒ en trazar diálogos que permitan jerarquizar a la variante más progresista del complejo y heterogéneo mundo de los evangélicos.
9.
Evangelismo sin integración orgánica: en su vínculo con los procesos progresistas la incursión político-partidaria mayoritaria de los líderes y pastores evangélicos se ha dado a título personal, sin la intervención (formal) de sus iglesias o federaciones. Éstas prefieren por el momento conservar una lógica de “autonomía” y pragmatismo que en muchos casos les habilita a dialogar con actores políticos diversos.
(*) Furlong es licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación. Serrano es Dr. en Economía Aplicada y director del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).