15 C
Concepción del Uruguay
domingo, octubre 13, 2024

Yo digo… Hacia un mundo sin petróleo

Luis Britto García

1.
Afirma Oswald Spengler en su magistral “Decadencia de Occidente” que las civilizaciones, como los humanos, nacen, crecen, maduran y perecen. Lo que el historiador alemán denominaba “Cultura Fáustica”, el uso ilimitado de la tecnología y la energía, entra en declive por el progresivo agotamiento de la segunda. El “pico de los hidrocarburos” a partir del cual éstos se harán cada vez más escasos, difíciles de extraer y antieconómicos, ya está aquí. Materia tan compleja genera pronósticos disímiles, pero todos anticipan su proximidad.
2.
El tesoro energético de los hidrocarburos fue gastado y malgastado porque era más fácil invadir, saquear o destruir a los países productores para la rapiña capitalista que usar sensatamente la energía no renovable para su progresiva sustitución por las renovables. Nada más aventurado que adivinar el futuro; nada más necesario que preverlo cuando parece inevitable. Pensemos en lo impensable.
3.
En el plano ecológico, resultará dificultoso sustituir en pocas décadas el consumo energético actual, que en el 78,4% es suplido por el combustible fósil, con otras fuentes escasas, costosas y hoy apenas en desarrollo, como la eólica, la geotérmica, la hidráulica, la fotovoltaica. Procedimientos cada vez más drásticos de extracción, como el fracking multiplicarán los costos de la energía y la contaminación. La producción de alimentos se hará la industria prioritaria. Las transnacionales intensificarán la disputa por la privatización y el monopolio de las tierras y del agua dulce, amenazando los pulmones vegetales de Siberia y la Amazonia, patentando nuevas especies y organismos modificados. La escasez de hidrocarburos y fertilizantes químicos dificultará los cultivos masivos de la agroindustria. Los campesinos incrementarán la lucha por las tierras y por la sustitución de los latifundios agroalimentarios por granjas comunales, cooperativas o familiares.
4.
En el plano demográfico y social, se acentuará la declinación de la población en los países desarrollados y su incremento en los subdesarrollados. La progresiva informatización de los trabajos incrementará el desempleo de estratos cada vez mayores de marginales y excluidos. Tanques de Pensamiento de los países hegemónicos formularán planes de control demográfico y esterilización masiva contra no propietarios y vastos sectores no indispensables para el modo de producción informatizado. La pauperización progresiva favorecerá la legalización de la compra y venta de órganos y el suicidio asistido. Políticas cada vez más duras de migración y represión de minorías étnicas multiplicarán la conflictividad social. Los costos de la calefacción incentivarán nuevos flujos migratorios de zonas frías y templadas hacia los trópicos. Se harán inviables los rascacielos con sus impracticables ascensores y sistemas de ventilación central; la escasez de alimentos propiciará migraciones de las urbes a los campos. La desinstalación de parques industriales multiplicará ciudades cuasi fantasmas, como Detroit. Se librará lucha constante por las cuotas de reproducción demográfica. Intrincados sistemas informáticos extremarán la discriminación y la exclusión de los usuarios sin medios económicos. El colapso de instituciones de asistencia y solidaridad impulsará el resurgimiento de vínculos naturales de familia e identidad cultural, grupal, tribal, de mera supervivencia y clase social.
5.
En el plano económico, se hará imperativo pasar de un consumo promovido por el desecho a otro alimentado por el reciclaje. Proseguirá el crecimiento del sector terciario de la economía de finanzas, administración y entretenimiento, a costas del secundario de industria y transportes y del primario agropecuario y minero. El trabajo informatizado a distancia disminuirá la necesidad de traslado físico cotidiano de las periferias a los núcleos urbanos, lo que podría facilitar la desagregación espacial de ciudades y centros administrativos. Los costos crecientes de la energía y de la recesión permanente serán descargados por el capitalismo sobre el eslabón más débil, el trabajador. Un Mercado informático secreto pero conocido por todos conectará la oferta y la demanda de todo lo que supuestamente no está en el Mercado. Cada vez más países se unirán a Rusia, China, la India, Irán y Arabia Saudita en la iniciativa de independizarse del dólar y exigir el pago de sus productos en divisas con respaldo en petróleo o en oro. Estados Unidos perderá el poder de comprarlo todo a cambio de billetes sin soporte, en momentos en que sus reservas petroleras alcanzan apenas para ocho años. El gran capital intensificará esfuerzos para saquear los recursos energéticos, ecológicos, estratégicos y humanos de los países periféricos fragmentándolos en Zonas Especiales donde sus enclaves no pagarán impuestos y no se reconocerán a los trabajadores derechos laborales ni sociales. El sistema bancario mundial enfrentará el colapso; su práctica de confiscar discrecionalmente las reservas depositadas en él provocará retiros masivos y la casi total retracción de nuevos depósitos.

--