Yo digo… Geopolítica multipolar

Luis Britto García

1.
A medida que las ciencias avanzan, se distancian unas de otras hasta hacer parecer inalcanzable el ideal de la totalidad. Excepción de esta regla es la estrategia, saber que requiere una de las mayores integraciones de conocimientos para formular conclusiones. No hay estrategia sin examen de la geografía, la sociedad, la economía, la política, las relaciones internacionales y ese universo de conocimientos, representaciones, valores y prácticas que llamamos cultura. Destaquemos algunas de estas temáticas.

2.
El ámbito natural de las soberanías es el mismo de las culturas que defienden, vale decir, el de las naciones. Pero desde la instauración del primer Estado Moderno por Federico II de Suabia en el siglo XIII, en el Reino de las Dos Sicilias, los poderes absolutos y perpetuos de las soberanías han competido por la instauración, primero, de una Monarquía Universal y luego de la hegemonía planetaria, avasallando y destruyendo gobiernos y culturas menos fuertes, hasta llegar al punto muerto en cual el conflicto podría significar la Mutua Destrucción Asegurada. Ello descarta el choque frontal entre potencias; desde entonces, las contiendas se libran en los escenarios de Estados de menor talla mediante “proxys”, intermediarios aliados, cipayos o mercenarios.

3.
En esta pugna entre potencias que no pueden emplearse a fondo sin destruirse, se libra una emulación perpetua de fuerzas en el campo atómico y armamentista, económico-financiero, energético y tecnológico. En el campo armamentista, Estados Unidos ha sido superado por Rusia con sus proyectiles nucleares hipersónicos de largo alcance. En el económico financiero, la potencia norteña ha declinado en su desempeño productivo al preferir importar bienes y explotar a los trabajadores de otros países a cambio de una divisa que desde 1974 no tiene el menor respaldo. La economía estadounidense crece a una tasa del 3% anual, mientras que la China lo hace a una del 7%. El Fondo Monetario Internacional reconoció que la República Popular China es desde 2015 la primera economía del mundo, con un PIB de 17,6 billones de dólares, que superaba los 17,4 billones del de Estados Unidos, que para ese entonces el país asiático detentaba las mayores reservas de divisas del mundo y poseía más de un tercio de la Deuda Exterior de EE.UU., la cual sobrepasaba el 107% del PIB de dicho país, mientras que la del país asiático se situaba en un modesto 4,11% de su PIB.

4.
En el campo energético, Estados Unidos es actualmente el primer productor de petróleo del mundo, Arabia Saudita el segundo, la Federación Rusa el tercero. El talón de Aquiles de China radica en su escasa energía fósil. Pero el de la potencia del Norte, también. La energía es el origen de la actual guerra que se libra en el mundo. Según la Agencia Internacional de Energía, las reservas probadas de petróleo de Estados Unidos (2020) eran de 38.200 millones de barriles, y calcula que en menos de 8 años las habrá consumido.

5.
En el campo científico y de las telecomunicaciones, China, con su desarrollo de la tecnología 5G, en este momento llegó a estar al mismo nivel que los EE.UU., superando a Francia, Japón y Gran Bretaña. Y supera en velocidad la navegación en la plataforma de internet. Manifestó Vladimir Putin en septiembre de 2017 que “el país que domine la Inteligencia Artificial dominará el mundo”. Esa es la verdadera causa de su belicismo. Entonces, si los dispositivos cibernéticos de proyectiles hipersónicos rusos superan el poderío militar de Estados Unidos, si China está más cerca que nadie de la cúspide de la “Cuarta Ola” informática y de la Inteligencia Artificial Autónoma, cobran sentido las advertencias de Karel Chapek y Stephen Hawkins: “Un desarrollo incontrolado de la IA podría extinguir la especie humana”.

6.
En un mundo en el cual los combustibles fósiles, que suplen cerca del 80% del consumo energético mundial, tienden a agotarse en cuatro o cinco décadas, América Latina dispone de las reservas más grandes de petróleo del mundo y de litio (además de oro). No debemos rendirnos incondicionalmente a los capitales foráneos, como si hubiéramos sido aniquilados en una guerra total. En realidad, quienes se ha rendido son las grandes potencias que envían a sus emisarios a nuestros países a suplicar (por ahora) energía fósil.
De tal forma, es imperioso manejar equilibradamente las tensiones de un mundo que tiende a la tripolaridad y a la multipolaridad para ganar nuestro propio espacio soberano en él. A pensar en todo ello, y actuar en consecuencia.