Yo digo… El modelo y la industria

Por Carlos Heller

Más allá de las incógnitas sobre el organigrama y los nombres para algunos puestos clave, el programa económico se va definiendo. Se dice todo el tiempo que habrá un fuerte ajuste y utilizan términos como “aguantar”.
En este marco, según el presidente electo, el único Ministerio que tendrá una “billetera abierta” es el de Capital Humano. El que dará contención a los “caídos”. En última instancia, se está expresando con todas las letras que las políticas de ajuste van a tener costos sociales elevados.
Javier Milei ha comentado que al menos por “seis meses” habrá estanflación (recesión con inflación), pues “el reordenamiento fiscal impactará negativamente en la actividad económica”. Se anticipa, además, que la mayor inflación será una consecuencia de que en los primeros meses se liberarán los precios “reprimidos”, situación recibida como “herencia”.
La eliminación de los Precios Justos, de los subsidios a las tarifas, o una posible devaluación del dólar oficial, terminarán acelerando la inflación, aunque no todos los segmentos de la población y las empresas se verán afectados por igual. Al “liberarse” todos estos precios, terminarían cayendo el salario en términos reales, las jubilaciones y los beneficios sociales. Las empresas, y las PyMEs en particular, verían achicado su mercado y a la vez se desataría un proceso de desempleo y de concentración de la economía. Una vuelta más en la puja distributiva.

La piedra y los Brics
En la última Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina (UIA), funcionarios del nuevo gobierno descartaron el ingreso de Argentina a los Brics (grupo conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), pautado para el 1 de enero de 2024 en virtud de la invitación cursada por los países miembro. En una de mis columnas, expresé que unas 40 naciones habían pedido la adhesión o mostraron su deseo de incorporarse al bloque creado en 2009, que representa, respecto a los totales mundiales, un 18% del comercio, casi un cuarto del PIB, un 30% del territorio y un 42% de la población. Un grupo de gran magnitud, representatividad y dinamismo. Además, India es un mercado estratégico para las exportaciones nacionales como el aceite de soja y el maíz. China es un destino clave para las carnes de nuestro país (más de la mitad se dirige a ese mercado), y para el poroto de soja. Brasil es el principal comprador del trigo y la cebada argentina, y un gran demandante de maíz. Tres de los cinco primeros socios comerciales argentinos son mercados BRICS (Brasil, China e India). Participar de los Brics también facilitaría acceder al financiamiento del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD). Una alternativa a los tradicionales organismos multilaterales de crédito que tantos perjuicios causaron a la economía de nuestro país imponiéndonos sus condicionalidades. El reforzamiento de la relación con países “en desarrollo” nos podría permitir, por caso, intentar salir del verdadero “cepo”, que es el Fondo Monetario Internacional. El ingreso a los Brics ha sido un gran logro para el país, una política de Estado que el nuevo gobierno, dice, desmantelará.

Cuestión de prioridades
Las prioridades son claras y van en consonancia con la idea de llegar “al país del 1900”, cuando en el marco de la división internacional del trabajo Argentina era exportadora de productos primarios e importadora de manufacturas. Este es el tipo de inserción internacional que se busca implementar. En esta dirección se plantea que el camino pasa por avanzar hacia el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, o el EFTA (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza). Todas estas políticas impactarán previsiblemente sobre la industria, ya sea por la eventual eliminación unilateral de aranceles, o por los acuerdos que liberan bienes y servicios, a excepción de los agrícolas, con grandes barreras al ingreso, especialmente en el acuerdo con la Unión Europea. Medidas que tendrían consecuencias negativas sobre el sector, especialmente en las manufacturas hoy orientadas a la sustitución de importaciones.
El nuevo gobierno tratará de utilizar la legitimidad del voto para hacer el ajuste lo más profundo que las condiciones le permitan.
En definitiva, sigue siendo la cuestión de los dos modelos. Sobre este tema, cabe recordar que durante el gobierno de Macri, mientras el PBI cayó el 4,5% en esos cuatro años, la producción industrial se redujo en un 14,2%. Contrariamente, en el posterior gobierno, y midiendo la variación entre el cuarto trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2023 (último dato conocido) el PBI aumentó 2,9%, mientras que la industria creció un 15,5%.