Yo digo… El derecho (amenazado) a tener derechos

Carlos Heller Diputado nacional

Por Carlos Heller

Las declaraciones de los principales referentes de Juntos por el Cambio confirman con total crudeza que vienen “por todo”, en una competencia para ver quién propone más pérdida de derechos. Tal es el caso de la reforma laboral. Dante Sica, integrante del equipo económico de Patricia Bullrich, y exministro de Producción y Trabajo en el gobierno de Mauricio Macri, habló de la necesidad de suspender temporalmente la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo, ya que es necesario tener “contratos modernos que expresen las realidades productivas del mundo laboral”.
La ultraactividad, en rigor, constituye un reaseguro para el trabajador ya que cuando vence el plazo de un convenio, si por alguna razón las partes no lo renuevan, continúan vigentes los derechos existentes. En cambio, de prevalecer la idea que promociona Dante Sica, los mismos se caen, y hay que negociar todo de vuelta. Forma parte del amplio manual flexibilizador que promueve, además, los convenios por región, por rama de actividad, y por empresa. El objetivo: debilitar la capacidad negociadora de los trabajadores para que las grandes empresas incrementen sus ganancias.

La receta repetida
La postura de Sica no sorprende y está en consonancia con lo que proponía en 2017 el secretario de Empleo del gobierno macrista, Miguel Ponte: “la posibilidad de entrada y salida del mundo laboral es una esencia del sistema laboral. Como en el organismo (humano) lo es comer y descomer”.
La flexibilización laboral, las privatizaciones, el ajuste fiscal y el monetario forman parte de una misma receta, la que JxC tratará de imponer en caso de ganar las elecciones. De ser así la vamos a pasar muy mal y, además, ya nos lo están anunciando.
Por su parte, durante una charla virtual con un centro norteamericano muy vinculado al ala republicana, Luciano Laspina, referente económico de Bullrich, habló de las tres condiciones para el éxito de un gobierno de JxC. Ellas son: «un gobierno favorable al mercado», «suerte, necesitamos tener un contexto externo positivo para tener recursos en el corto plazo» y «mayoría en ambas cámaras».
En cuanto a las mayorías parlamentarias que persiguen, Laspina dijo tener «buenas conversaciones con los libertarios, personas como Diana Mondino» para lograr esas mayorías, lo que deja en claro que ambos son parte del mismo modelo y la misma orientación política.
Lo único que cambia al interior de JxC es el lenguaje. Por ejemplo, cuando Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich hablan de dotar al Banco Central de total independencia de los políticos, o de prohibir que se emita para financiar al Tesoro, están pensando lo mismo que cuando Javier Milei propone cerrar el Banco Central.
La “mala memoria” de los exfuncionarios y candidatos de JxC es impactante. Patricia Bullrich continúa insistiendo con seguir endeudándose con el Fondo Monetario Internacional al comentar que, si fueran gobierno, “bajo un acuerdo con el Fondo Monetario que nos blinde en dólares vamos a abrir el cepo lo antes posible”. Después aclaró: “No dije blindaje, dice blindar”. Viva la diferencia.

La democracia en peligro
En este contexto, me interesa resaltar una frase reciente de Luiz Inácio Lula da Silva sobre nuestro país: «pido a Dios que la democracia prevalezca, y venza la democracia, que sea electo un candidato con más perspectiva de inclusión social y desarrollo y no uno que crea que toda política pública es gasto o que resolver el problema de Argentina es privatizar». La disputa por los dos modelos, más presente que nunca.
Todo lo que presentan como algo novedoso ya ocurrió. En los ’90 la Argentina estuvo virtualmente dolarizada, ya pasó por las privatizaciones, la desregulación, el ajuste y el gran endeudamiento.
En cuanto a los sucesos más recientes, podríamos decir que no hubo un solo cariz de la gestión Macri en el que se haya mejorado respecto de cuando asumieron el gobierno. En todos los aspectos el país empeoró, y mucho. Entonces, hay que apelar a la memoria, esa memoria está fresquita, porque si hablamos del 2001, muchos no lo vivieron, tienen que mirar la película, pero lo que pasó entre diciembre de 2015 y de 2019 lo vivieron todos los que van a votar.
Hoy la gran pelea de fondo pasa por la defensa del derecho a tener derechos, ya que lo que se está proponiendo desde las distintas vertientes de la oposición es la pérdida de derechos de nuestra ciudadanía, de los sectores más vulnerables, y, en un sentido más amplio, de nuestras economías regionales, de nuestras pymes.