Por Carlos Heller
Luego del traspié de las generales, los libertarios y el ala más dura del PRO se encolumnaron detrás del mismo proyecto de país, aunque han dejado de hablar del modelo de sociedad injusta que persiguen, con ciertos silencios y giros sobre temas potencialmente disruptivos, que obedecen a la necesidad de no generar pánico y rechazos a la candidatura de Javier Milei.
La propuesta de Milei, de Mauricio Macri y de sus adherentes es la misma que la del Tea Party norteamericano: llegar a un superávit fiscal eliminando impuestos y con un recorte de gasto público que debe alcanzar a 15 puntos del PBI, según expresa la plataforma libertaria. No hay que perder de vista que el gasto total del Tesoro Nacional representa algo más de 20 puntos del PBI, lo cual indica que esta propuesta implica eliminar prácticamente todas las funciones sociales, previsionales, de educación y salud, entre otras, es decir, se trata de la virtual desaparición del Estado.
Vale repasar la postura de Milei en materia de relaciones internacionales: “no sólo no voy a hacer negocios con China, no voy a hacer negocios con ningún comunista. Soy un defensor de la libertad, de la paz y de la democracia. Los comunistas no entran ahí. Los chinos no entran ahí. Putin no entra ahí. Lula no entra ahí”, explicitó el candidato. Respecto del presidente de Brasil, dijo que es “corrupto” y que “por eso estuvo preso”, sin reparar en que la Corte Suprema de Brasil anuló la condena, tribunal que sostuvo, al igual que luego lo hizo un comité de la ONU, que el ex juez federal Sergio Moro actuó de forma parcial en su contra.
Contra el modelo libertario
Un grupo de más de 100 economistas de renombre se ha expresado contra las políticas de Milei: “Como economistas de todo el mundo partidarios de un desarrollo económico amplio en Argentina, nos preocupa particularmente el programa económico de uno de los candidatos”. Consideraron, además, que las medidas propuestas “pasan por alto las complejidades de las economías modernas, ignoran las lecciones de las crisis históricas y abren la puerta a la acentuación de desigualdades ya de por sí graves”.
La Argentina tiene un problema fiscal que debe resolver. Pero la receta que generalmente se propone consiste en ajustar el gasto afectando a los sectores sociales más carenciados.
Hay otro modo de resolver ese déficit: aumentando los ingresos del Estado a través del cobro de impuestos a sectores privilegiados exceptuados, combatiendo la evasión impositiva, el contrabando y las maniobras de sobrefacturación de importaciones y subfacturación de exportaciones.
Respecto a la dolarización y el agudo recorte del gasto público, las y los economistas alertan que “aunque las soluciones aparentemente sencillas puedan resultar atractivas, es probable que causen más estragos a corto plazo, al tiempo que reducen el espacio de maniobra de las políticas a largo plazo”.
También unos 600 economistas y referentes políticos argentinos firmamos una solicitada contra las políticas del candidato libertario. En ella, se expresan, entre otras cuestiones, que “la limitación que genera la deuda externa con el FMI que dejó Macri ha condicionado mucho las posibilidades de crecimiento de la economía durante estos años”, aclarando que “aún no se pudo revertir la reducción del salario real de los años macristas, pero también que la instauración del dólar como dinero de curso legal, o la consolidación de una economía bimonetaria, implicaría una megadevaluación que pulverizaría salarios y jubilaciones, para luego desindustrializar el país, expandir el desempleo y la pobreza”.
Dos modelos
En referencia a la convertibilidad, se indica que así fue como, “el modelo implosionó en 2001 a partir del descontento generalizado de la mayor parte de la sociedad”, y se resalta que “la salida no fue una dolarización, como planteaban algunos sectores, sino la recuperación de la moneda nacional y del crédito, con crecimiento, recomposición del salario y ordenamiento macroeconómico”. En el documento se agrega que a partir de entonces, “vinieron los años de crecimiento con Néstor y Cristina Kirchner, creación de empresas y puestos de trabajo, incremento de salarios y jubilaciones y un período de desendeudamiento, que luego fue revertido por (Mauricio) Macri”.
Para cerrar, tomo una frase de la solicitada que expresa que “el 19 de noviembre de 2023 están en juego dos modelos de país”, y que “el único camino posible en esta etapa para comenzar a solucionar los problemas de Argentina pasa por una amplia unidad nacional con Sergio Massa como presidente de la Nación”.