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Concepción del Uruguay
jueves, septiembre 26, 2024

Yo digo… El agua es vida (Parte II)

Luis Britto García

1.
El control sobre las riquezas del mundo requiere el de la vida que las produce, distribuye y consume; y el control de la vida requiere el del agua. La privatización de ambas significa que caerán bajo el control del 1% de la población adulta mundial que en la actualidad posee más del 45% de la riqueza del mundo. Casi no hay poder que no haya intentado apropiarse del preciado líquido. El capitalismo financiero dio el paso decisivo en tal sentido a mediados de diciembre de 2020, cuando los títulos de derecho al uso de agua cotizaron en la Bolsa de Wall Street a 486 US$ por un millón 233 litros en el “Indice del Agua Nasdaq Veles California”, del grupo CME. En las experiencias conocidas hasta ahora, los capitalistas han utilizado el control de los sistemas de acopio, tratamiento y distribución de las aguas en beneficio propio y no de los usuarios. Salvador Peniche Camps, economista y académico de la Universidad de Guadalajara, apunta que “Al inversionista le interesa asegurar que le vas a pagar y que va a recibir dinero independientemente de la salud y del ciclo del agua, y el agua no es infinita, ni la puedes hacer, le estás poniendo un precio a la vida”.

2.
El Tercer Mundo posee la mayor parte de los recursos del planeta; América Latina tiene cinco veces más agua per cápita que Asia Oriental. La rebatiña se desata sobre el Nuevo Mundo. Quien lo dude, recuerde que en 1993 el estado mexicano de Aguascalientes privatizó el servicio del agua a favor de una empresa que aumentó la tarifa en 170% y a pesar de ello debió ser rescatada por el Fisco. En Buenos Aires, la empresa Aguas Argentinas incrementó las tarifas 88,2% entre 1993 y 2002, período durante el cual la inflación aumentó apenas 7,3%. En Tucumán, en 1993 se otorgó una concesión a la empresa Aguas del Aconquija, la cual incrementó sus tarifas 106%. A principios de siglo en Bolivia una ley privatizó el suministro de agua, prohibió a los particulares cavar pozos para obtenerla o almacenar la de lluvia: una sublevación popular suspendió el negocio.

3.
En Venezuela, Hugo Chávez vetó una Ley Orgánica de la Hacienda Pública Estatal que permitía privatizar ríos, lagos y lagunas por mayoría de una Asamblea Legislativa. Alrededor del Acuífero Guaraní, la mayor reserva subterránea de agua dulce del mundo, situada en la Triple Frontera de América del Sur, se han plantado estratégicas bases militares estadounidenses que permitirían su control en caso de disputa.
En las experiencias conocidas hasta ahora, los capitalistas han utilizado el control de los sistemas de acopio, tratamiento y distribución de las aguas en beneficio propio y no de los usuarios. Salvador Peniche Camps, economista y académico de la Universidad de Guadalajara, apunta: “Al inversionista le interesa asegurar que le vas a pagar y que va a recibir dinero independientemente de la salud y del ciclo del agua, y el agua no es infinita, ni la puedes hacer, le estás poniendo un precio a la vida”.

4.
Sobre estas desdichadas experiencias concluye José Esteban Castro que “El análisis del proceso de privatización de los servicios de agua y saneamiento en América Latina revela que éste fue producto de decisiones orientadas por la ideología neoliberal y no el resultado de la búsqueda de una solución efectiva a la crisis del sector. Esta estrategia, además, ha ignorado la evidencia histórica que demuestra que la universalización de estos servicios en Europa y Estados Unidos fue consecuencia de una acción decisiva del Estado. Pero, aunque el enfoque privatizador ha fracasado, las transformaciones institucionales y políticas que se pusieron en marcha continuarán afectando la capacidad de los gobiernos de la región para superar la crisis de estos servicios esenciales”.

5.
En las cuatro o cinco décadas que restan antes del agotamiento de la energía fósil, adquiere cada vez mayor relevancia el empleo de la fuerza hidroeléctrica que pueden generar las aguas dulces en su sosegado curso hacia los mares. Las represas segmentan los cauces de agua, con efectos negativos en la ecología, pero en la actualidad producen un 3,6% de la energía que el mundo consume, y que éste requiere cada vez más (Renewables 2017 Global Status Report). Se puede fabricar una represa, pero no el río que la llena ni las nubes que lo nutren. Una vez más debe el hombre respetar la naturaleza. Privatizar las aguas es privatizar la vida.

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