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Concepción del Uruguay
domingo, septiembre 22, 2024

Yo digo… Dilemas de América Latina

Luis B. García

El planeta está dividido entre dos grupos: el integrado por los 38 países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), apodada “Club de los países ricos”, y los restantes 156 países, que integran la “Mayoría Mundial”.
Los minoritarios 38 Estados de la OCDE ocupan unos 36 millones kilómetros cuadrados, albergan una población de 1.400 millones habitantes y suman un PIB que representa colectivamente el 62% del PIB nominal global (49,6 billones de dólares).
Los otros 156 Estados, la Mayoría Mundial, ocupan unos 114 millones de kilómetros cuadrados y alojan una población de unos 6.700 millones, pero representan apenas el 37,8% del PIB nominal global.
Esta evidente asimetría se explica por qué los 38 países que hoy integran la OCDE históricamente se nutrieron del saqueo de los recursos y la sobreexplotación de los 156 países restantes mediante las tácticas abusivas del imperialismo, el colonialismo, el neocolonialismo y el “Libre comercio”.
No todos los Estados de la OCDE son ricos ni desarrollados. En esencia, encabezan el grupo Estados Unidos y Canadá, algunos países de la OTAN como Alemania, Inglaterra y Francia, y fuera de Europa Japón, Australia, Corea del Sur, Sudáfrica y Taiwán. Muchos otros asisten al banquete como fuentes de recursos a ser devorados: México, Colombia, Chile.

Recursos y dominio
De igual modo, la Mayoría Mundial incluye tanto colosos económicos, políticos y sociales como China, Rusia, India y Brasil, como países de talla económica moderada, dentro de los cuales se cuentan la mayoría de los latinoamericanos y caribeños.
América Latina acumula la mayor cantidad de recursos del planeta. Quien los detente dominará la región, y también al mundo.
Refiriéndose específicamente a ellos, la jefa del South Command Laura Richardson declaró a principios de 2023 durante un encuentro del Atlantic Council: “¿Por qué es importante esta región? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras poco comunes, tienes el triángulo del litio, que hoy en día es necesario para la tecnología. El 60% del litio del mundo está en el triángulo de litio: Argentina, Bolivia, Chile… Tenemos 31% del agua dulce del mundo en esta región… Con ese inventario, a Estados Unidos le queda mucho por hacer, esta región importa, ya que tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que empezar nuestro juego… Tenemos también las reservas de petróleo más grandes, incluidas las de crudo ligero y dulce. Tienen los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre, oro, y está la importancia del Amazonas como los pulmones del mundo”.
La región ostenta asimismo la mayor biodiversidad mundial. Nótese la insistencia de la generala en la primera persona del plural: «Tenemos… tenemos…» Es como si el South Command fuera ya el propietario de nuestros recursos.

El ALCA retorna
El dilema de América Latina es el mismo que se plantea a los restantes países: intentar un desarrollo económico propio, basado esencialmente en la producción y los recursos locales y dirigido a satisfacer asimismo las necesidades internas, o bien abrirse de manera ilimitada a los intereses del capital foráneo. Éste sentó sus condiciones en el ALCA: acceso sin ningún tipo de trabas para los capitales foráneos, y prohibición absoluta de proteger los recursos naturales, las economías, las empresas o la fuerza de trabajo de los países del área.
El ALCA fue rechazado masivamente en 2004, pero desde entonces se ha venido infiltrando a través de infinidad de subterfugios: Tratados de “Libre Comercio”, Acuerdos Multilaterales de Inversión, Tratados contra la Doble Tributación, leyes internas violatorias de la soberanía, Maquilas exceptuadas del cumplimiento de normas laborales, sindicales, tributarias o ecológicas nacionales.

El real objetivo
El nuevo objetivo de las transnacionales no es ya lograr la igualdad, sino mayores ventajas que las empresas o personas nacionales, en forma de otorgamiento privilegiado de concesiones sobre recursos, exención de pago de impuestos sobre la Renta, al Valor Agregado, de Importación y de Exportación y otros, decisión de controversias por organismos extraterritoriales, e inaplicación de las normas internas de protección al trabajo y las organizaciones sindicales. Vale decir: la explotación gratuita y sin ningún tipo de deberes de nuestros recursos humanos y naturales por el gran capital transnacional.
Nada ganará América Latina subastando sus recursos y bienes públicos o subsidiando con regímenes privilegiados inmunes a impuestos y tribunales locales a capitales foráneos que nada aportan y exportan todo. El único camino es el de la protección y fortalecimiento de las empresas locales, sean éstas privada o públicas.
Todos los países hoy hegemónicos llegaron a serlo con políticas proteccionistas.

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