Pablo Moschen (*)
Los dirigentes de Cambiemos critican de un tiempo a esta parte la política de defensa del gobierno nacional. Pero resulta sorprendente y contradictorio que quienes ahora se quejan de falta de partidas sean los mismos que rechazaron el presupuesto que las contemplaba, desfinanciando no sólo al Ministerio de Defensa, sino al Poder Ejecutivo todo.
En lo que se refiere al equipamiento militar, resulta evidente lo positivo de la ley del Fondo Nacional de la Defensa presentada por Agustín Rossi en noviembre de 2019, enriquecida con cláusulas de transparencia por diputados de la UCR, votada por los partidos mayoritarios en Diputados y que el Senado aprobó –sin el voto de Cambiemos–, que sin embargo se queja.
La ley contempla la asignación de una partida específica para equipamiento, sólo destinada a recuperar, modernizar y adquirir bienes de uso. Las adquisiciones deben hacerse dentro de lo aprobado por el planeamiento militar, priorizando la industria y la tecnología nacional, y en caso de adquisiciones al extranjero, detallando el plan de transferencia de tecnología por parte del vendedor. La partida específica es un porcentaje de la recaudación total estimada en el Presupuesto Nacional, del 0,35% en 2020; 0,5% en 2021; 0,65% en 2022, y 0,8% en adelante.
La ley no sólo se promulgó sino que, a pesar de que el Presupuesto 2020 estaba ya en el trámite final de su ejecución, y el Presupuesto 2021 estaba ya enviado al Congreso, el Ejecutivo dispuso la readecuación de partidas para poder implementarlo. Se ejecutó en un 96%, y el porcentaje restante se difirió al año siguiente, según permite la propia ley, con hasta un 10%.
Recuperación
Para el año 2021 los fondos fueron de $34.000 millones. El Ejecutivo, en el Presupuesto para 2022 enviado al Congreso, volvió a disponer las partidas correspondientes en cumplimiento de la ley. El 0,65% de la recaudación equivalía a $72.000 millones. Ese Presupuesto fue rechazado por la oposición, con lo que el porcentaje se corresponde a la recaudación de 2021, con una merma de unos $15.000 millones.
Recordemos, que Cambiemos canceló en 2016 el contrato por el cual Invap y Fuerza Aérea desarrollaron el Plan Nacional de Radarización. Ese plan, estratégico para la vigilancia de nuestros espacios soberanos, desarrollado con ciencia, tecnología, industria y trabajo argentinos, fue retomado en 2020 por este gobierno, y este año finalizará con nuevos radares primarios instalados en Mercedes, Tostado, Santiago del Estero y Río Grande.
La fábrica de aviones Fadea ha retomado la producción del Pampa III y el desarrollo del avión de entrenamiento básico IA100 Malvina. Tandanor exhibe un nivel de actividad inédito en décadas, con proyectos estratégicos como la construcción de un buque polar. Se retomó el proyecto –también congelado en 2016– de modernización del tanque TAM; y se volvió a poner en marcha otro proyecto cancelado por Cambiemos: el de vehículos no tripulados.
En 2022 se comenzó la construcción de la nueva base naval en Ushuaia, y se avanzó en la reconstrucción de la base antártica de Petrel, que ha vuelto a ser una base permanente en esta campaña de invierno. La falta de muelle fue cubierta con la muy rápida construcción por parte de Tandanor de un pontón móvil autopropulsado, que posibilitó descargar maquinarias y equipos de ingenieros para la ejecución de las obras y la remoción de escombros y basura antártica acumulada.
Funcionamiento
El rechazo opositor en el Congreso del Presupuesto Nacional también significó un impacto negativo en los $ 19.000 millones contemplados para funcionamiento, casi duplicando las partidas del año anterior. Es claro que. si se incrementan el personal y el equipamiento, han de aumentarse las partidas para el funcionamiento, las horas de vuelo, de navegación y de instrucción. Lo contradictorio es votar en contra y quejarse.
Y no está de más que señalar que en 2019 las horas de navegación contempladas para la Armada por la gestión de Cambiemos fueron… 0, ¡ninguna!; y que en 2018 y 2019, bajo su gobierno, efectivamente se redujeron las guardias por tener partidas insuficientes para sostener a los efectivos en los cuarteles, y licenciaron tropas.
El mismo día que algunos dirigentes de Cambiemos denuncian falsos ajustes, otros de sus dirigentes, como Carlos Melconian, reclaman por los diarios “más ajuste del Gobierno: tiene que tomar el toro por las astas y resolverlo”.
Contraste notable entre lo dicho y lo escrito, entre lo legislado y lo actuado. Mejor que criticar es hacer y, sobre todo, dejar hacer.
(*) Licenciado en Ciencias Políticas.










