Yo digo… Así enseñan en Finlandia a detectar las fake news

Por Arturo Brooks

Una lección habitual de una maestra de escuela primaria en Finlandia consiste en lo siguiente: muestra artículos noticiosos a los alumnos y discuten juntos: ¿Cuál es el propósito del artículo? ¿Cómo y cuándo se escribió? ¿Cuáles son las afirmaciones centrales del autor?
Finlandia se ubicó en el primer lugar de entre 41 países europeos en “resiliencia contra la desinformación” por quinta vez consecutiva en una encuesta publicada en octubre por el Open Society Institute en Sofía, Bulgaria. Las autoridades afirman que el éxito de Finlandia no es sólo el resultado de su sistema educativo sólido, que es uno de los mejores en el mundo, sino que también se debe a un esfuerzo concertado para enseñar a estudiantes sobre noticias falsas. La alfabetización de medios es parte del plan de estudios nacional que comienza desde preescolar.
Después de Finlandia, los países europeos que obtuvieron los mayores puntajes en resiliencia a la desinformación en la encuesta fueron Noruega, Dinamarca, Estonia, Irlanda y Suecia. Los países más vulnerables a la desinformación fueron Georgia, Macedonia del Norte, Kosovo, Bosnia y Herzegovina, así como Albania.
Estados Unidos no fue incluido en el informe, pero una encuesta de Gallup, publicada en octubre, descubrió que sólo el 34% de los estadounidenses confiaban en que los medios de comunicación. En Argentina, según el Instituto Reuters, ese porcentaje es de 36%, el más bajo de América Latina.
En Finlandia, el 76% de los habitantes consideran a los periódicos impresos y digitales como confiables, según una encuesta de agosto realizada por IRO Research, una compañía de investigación de mercado, y encargada por un grupo comercial que representa a periódicos finlandeses.
Finlandia tiene ventajas para contrarrestar la desinformación. Su sistema de escuelas públicas se encuentra entre los mejores del mundo. La educación universitaria es gratuita. Hay una gran confianza en el gobierno y Finlandia fue uno de los países europeos menos afectados por la pandemia. Los maestros son figuras muy respetadas.
Además de eso, el finés es hablado por alrededor de 5,4 millones de personas, en consecuencia, los artículos que contienen falsedades que son escritos por hablantes no nativos pueden, en ocasiones, ser identificados con facilidad debido a errores gramaticales o de sintaxis.
Aunque a los maestros en Finlandia se les exige que enseñen alfabetización de medios, tienen mucha discreción sobre cómo llevar a cabo las lecciones. Algunos les encargaban a los estudiantes que editen sus propios videos y fotografías para que vean lo fácil que es manipular la información. Otros docentes, en el contexto de la guerra en Ucrania, usan sitios informativos rusos y memes como base para la discusión sobre los efectos de la propaganda financiada por el Estado. Finlandia, que comparte una frontera de alrededor de 1.300 kilómetros con Rusia, desarrolló sus objetivos nacionales para educación de medios en 2013 y aceleró su campaña para enseñar a los estudiantes a detectar desinformación en los años siguientes.
Aunque los adolescentes de la actualidad han crecido con las redes sociales, eso no significa que sepan cómo identificar y protegerse ante videos manipulados de políticos o artículos informativos en TikTok. De hecho, un estudio publicado el año pasado en el British Journal of Developmental Psychology encontró que la adolescencia podría ser el momento en el que más se cree en teorías de conspiración. Los autores del estudio anotaron que un factor que contribuye a ello podrían ser las redes sociales, con su influencia sobre las creencias de la gente joven acerca del mundo.
Aun así, el gobierno finlandés señala que los estudiantes son uno de los grupos más fáciles de concientizar. Ahora que hay programas en marcha dirigidos a los jóvenes, el gobierno utiliza las bibliotecas como centros para enseñar a las personas de mayor edad a identificar información en línea que tiene la intención de engañar.
Los responsables del sistema educativo han notado “una clara disminución en las habilidades de comprensión de lectura” de los alumnos, una tendencia que atribuyen a que los estudiantes pasan menos tiempo con los libros y más con los juegos y viendo videos. Con destrezas de lectura más deficientes y lapsos de atención más cortos, “los estudiantes son más vulnerables a creer en noticias falsas o no tener suficiente conocimiento sobre los temas para identificar información engañosa o incorrecta”, explican en un informe. Su objetivo es tan desafiante como trascendental: enseñar a los estudiantes métodos que puedan usar para distinguir entre la verdad y la ficción.