VIVIENDA. Alquilar es cada vez más difícil en todo el país

Más de 8 millones de argentinos vive bajo un techo alquilado.

Alta inflación, contratos precarios y discriminación: las dificultades para alquilar abarcan a distintos sectores sociales en todas las provincias. Discriminación y más contratos en dólares.

El aumento registrado en los precios de los alquileres, en algunos casos por sobre el nivel inflacionario, significa una pesada carga financiera sobre las familias que destinan hasta un 30% de sus ingresos para pagar la renta. Esta situación se ve agravada por la falta de regulación en el mercado de alquileres, donde los convenios suelen ser precarios y las garantías exigidas resultan inaccesibles para muchos, indicó un informe elaborado por la Fundación Colsecor, una ONG creada en 2018 para la integración y el fortalecimiento del sector cooperativo.
Según el relevamiento, la ciudad de Buenos Aires y Tierra del Fuego son los territorios que presentan la mayor cantidad de personas que alquilan viviendas para habitarlas: 34,8% de la población porteña y 32,3% de la fueguina, de acuerdo al último Censo. A esos distritos le siguen la provincia de Córdoba, con casi un cuarto de sus pobladores (24,2%) que son inquilinos y Chubut, con 21,2%.
Para Daniela Gargantini, Doctora en Arquitectura e investigadora del Conicet en el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE) en Córdoba, el alquiler no solo dejó de ser un instrumento de transición en el camino hacia la propiedad privada, sino que pasó a ser en las últimas décadas un modo de vida permanente que, además, padece el agravamiento que causa la falta de regulación legal y la gestión del suelo urbano, que en la mayoría de los casos aparece inaccesible por la ausencia del Estado.
En los seis meses de gobierno que lleva el presidente Javier Milei aumentó la oferta de inmueble para la renta “debido a una liberación por parte de los propietarios”, que por considerar que las condiciones legales anteriores no le eran beneficiosas, se habían retirado del mercado. Sin embargo, esto no se traduce en mayores oportunidades para quienes necesitan alquilar, concluyó el informe.

Sesgo de discriminación

El informe elaborado por Colsecor destacó que se observa un acortamiento de los contratos y un aumento de su valor en dólares. Además, refiere que se observan “muchos sesgos discriminatorios” por parte de los propietarios o las inmobiliarias a la hora de alquilar una vivienda. En algunos contratos “se prohíben niños, mujeres solas, jubilados, migrantes, personas discapacitadas o con mascotas”. Incluso, llegan a reservarse el derecho de admisión a pesar de tener capacidad adquisitiva.
El mercado de alquiler desregulado plantea incertidumbre sobre el futuro habitacional de gran parte de la población. En la ciudad de Córdoba, por ejemplo, fueron modificados los asientos de las garitas de colectivos ante el aumento de la cantidad de personas en situación de calle que pernoctan allí.

Mala condición habitacional

Lograr alquilar una vivienda también se ha complicado para los estudiantes en ciudades como Córdoba, Rosario y La Plata. En Rosario, el promedio de los precios de alquiler de monoambientes ronda los $150.000 y el de los departamentos de dos ambientes es de $185.000.
De acuerdo a números del Indec, sólo el 57,4% de la población en viviendas particulares cuenta con cloacas, mientras que el gas de garrafa es utilizado por el 43,9% de las viviendas del país. Según las distintas zonas de la Argentina, el gas licuado puede ser hasta 1.000% más caro que el de red. Al respecto, según el último Censo, en la región Noreste, el gas natural “brilla por su ausencia”: en Formosa, sólo el 0,9% de la población cuenta con gas natural; en Corrientes: el 1,1%; Chaco: 1,2%, Misiones: 2,5%. Entre Ríos es la provincia con mejor porcentaje (26,5%) de la Mesopotamia, pero muy alejado de la media nacional (48,6%), indicó el informe.