Violencia en Avellaneda: suspendido el duelo entre Independiente y la U. de Chile por la Sudamericana

El partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y la Universidad de Chile terminó en escándalo y fue cancelado oficialmente por la Conmebol, luego de una batalla campal en las tribunas del estadio Libertadores de América que dejó al menos diez heridos y noventa detenidos.

El caos se desató cuando hinchas chilenos, ubicados en la bandeja superior, comenzaron a arrojar palos, botellas y butacas hacia el sector ocupado por simpatizantes locales. La respuesta de la barra de Independiente derivó en una confrontación que obligó a suspender el encuentro en el minuto 48, con el marcador igualado 1-1.



Acusaciones cruzadas y cuestionamientos políticos

Tras la suspensión, la Conmebol responsabilizó a Independiente por la falta de garantías de seguridad y remitió el caso a su tribunal disciplinario. Desde Avellaneda, el presidente del club, Néstor Grindetti, calificó la actitud de los hinchas visitantes como “repudiable” y denunció que “destrozaron los baños” del estadio.

En Santiago, el titular de la U, Michael Clark, lamentó lo ocurrido y sostuvo que “el fútbol ahora pasa a un segundo plano”. La controversia escaló al plano político cuando el presidente de Chile, Gabriel Boric, expresó su rechazo tanto a “la violencia de las barras” como a la “irresponsabilidad evidente en la organización”. Además, instruyó a su embajador en Argentina a asistir a los hinchas heridos.

Con la serie interrumpida y la definición en manos del tribunal de disciplina de la Conmebol, resta determinar si se reprogramará el partido o si habrá sanciones que podrían alterar el futuro de ambos equipos en el certamen continental.