La titular de la Dirección de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ileana Fernández Escobar, dijo que “es muy preocupante” el aumento de casos que se registra en Concepción del Uruguay. “En lo que va de 2021, tuvimos 504 situaciones violentas. Sólo en el mes de noviembre tuvimos 40 intervenciones”.
La funcionaria dialogó con La Calle y se refirió al abordaje en casos de Violencia de Género que realiza el municipio. Confeccionaron un mapa de calor.
Por Matías Dalmazzo
Desde hace un tiempo, la ciudad cuenta con un apoyo estatal conformado por un equipo interdisciplinario que pretende brindar la ayuda necesaria a mujeres y diversidades que se encuentren atravesando diferentes hechos de Violencia de Género. Debido a esto, LA CALLE contactó a Ileana Fernández Escobar, licenciada en Ciencias Políticas y actual titular de la Dirección de Mujeres, Diversidad y Género del municipio. La entrevistada profundizó sobre esta problemática y además explicó el uso que le están dando a una de las herramientas más valorables que pudieron confeccionar en los últimos meses, un mapa de calor que da cuenta de las zonas donde interviene el estado para ayudar a víctimas de diferentes tipo de violencia
-¿Cómo arribaste al cargo?
-Llegué en un contexto de agenda nacional, donde las políticas públicas con perspectivas de género se estaban afianzando en distintos niveles del estado; nacional, provincial y local. La actual intendencia tuvo la decisión política de crear este espacio, fusionando el área de la mujer y la mesa de la diversidad que existía hasta 2019 en el ámbito de salud. Así se creó la Dirección de Género y Diversidad, con el objetivo de pensar las distintas áreas, educación, salud y deporte; reconociendo las desigualdades de género presentes en el ámbito local y creando acciones para disminuirlas.
Además de pensar las políticas públicas con perspectiva de género, el punto más importante y por el cual comenzamos fue el abordaje integral de las personas en situación de violencia de género.
-¿Cuál es la principal función del área que formas parte?
-Estamos en constante contacto con la policía y la justicia, ya que desde el inicio de la gestión encaramos una articulación entre la fuerza de seguridad, fiscalías, juzgados y defensoría. Este es uno de los tres ejes que planteamos como equipo dentro de la dirección: primero es el abordaje integral de las violencias por motivos de género; el segundo es la articulación con las instituciones, organizaciones de la sociedad civil y organismos para pensar y crear políticas públicas con perspectiva de género; y el tercero es la sensibilización y la capacitación, entre las cuales se consideran las acciones preventivas. Esta es la estructura en la que caminamos.
¿Cómo es la situación actual de la ciudad con respecto a casos de Violencia de Género?
Está en un punto de muchos hechos violentos. Según los números que tenemos producto de la comunicación que tenemos con la policía de Entre Ríos, vemos alrededor de treinta denuncias mensuales de Violencia de Género y otras tantas de Violencia Familiar; que se caratulan como tales, pero muchas veces son situaciones de Violencia de Género (el hermano que agredió a una hermana o el hijo que atacó a la madre por ejemplo) Entre ambas situaciones, ascendemos a un promedio mensual de 60 o 70 denuncias; un número muy elevado. Es muy preocupante. Durante noviembre tuvimos cuarenta abordajes; donde atendimos, acompañamos y contuvimos a esas personas.
Durante 2020 tuvimos 368 situaciones de acompañamiento, este número triplicó la actividad de lo que se había hecho durante 2019.
-¿A qué se debe este aumento? ¿Hubo más situaciones de violencia?
-Existió un incremento en el número de denuncias entre 2019 y 2020 debido al contexto de encierro por pandemia, pero lo que sucede es que hoy hay mayor presencia y respuesta del estado en estas situaciones de conflicto.
Llegan muchas personas que nos dicen que una hermana u otro familiar les comentaron que tenemos un equipo de trabajo, conformado con asistencia psicológica por ejemplo. Nos cuentan historias donde hace diez o veinte años padecen situaciones de violencia, pero recién ahora se animan a contarlo. En lo que va de 2021, tenemos más de 500 situaciones violentas. Pasamos de triplicarla presencia desde 2019 a 2020, con otro aumento notorio de 504 casos (a la fecha de esta entrevista)
-¿Qué es lo que sucedió?
-El aislamiento por pandemia expuso a las mujeres y a las diversidades a un contexto en el cual se produjeron muchas de estas situaciones agresivas. Los números a nivel nacional demuestran que, entre el 60 y 70 por ciento de las situaciones de violencia de género se producen en los hogares de las víctimas.
Para intentar contrarrestar esto, desde el primer día hábil difundimos un número de Whatsapp (03442-15-403156) que está disponible las 24 horas y una dirección de mail (dirgeneroscdelu@gmail.com) Esto permitió estar más cerca de las personas.
-¿Cuántas denuncias diarias reciben por estas vías?
-Tenemos muchísimos llamados, durante 2020 fueron alrededor de treinta por mes y durante 2021 ese número aumentó a 45 aproximadamente. Durante noviembre tuvimos 40 situaciones con violencia de género en la ciudad.
Durante 2020 confeccionamos el mapa de geolocalización, con la intención de pensar la política pública basada en la evidencia. Esto permite tener una mejor utilización de los recursos municipales, un mejor acompañamiento y llegada a más personas. De esta forma podemos conocer dónde están los principales focos de conflicto.
-¿Dónde ocurren la mayoría de los casos?
-La mayor concentración de acompañamientos es en los barrios Zapata y 30 de Octubre, donde existe una especie de pico candente o acumulación de casos. También intervenimos en zonas como La Higuera, Ex Circuito Mena, San Isidro y La Concepción. En el mapa de calor que confeccionamos se puede apreciar que intervenimos mucho en el norte, oeste y sur de la ciudad. De todas formas nos enfocamos en cuidar la privacidad de las personas a las que asistimos.
-¿Para qué usan el mapa de calor?
-Pensamos y diagramamos las diferentes acciones que llevamos adelante. Estamos realizando talleres de educación sexual integral con adolescentes para prevenir las acciones de violencia. Además dictamos talleres de masculinidades y realizamos operativos barriales junto a la Secretaría de Desarrollo Social y Educación.
-¿Cómo son los operativos barriales?
-Colocamos un gazebo en el Centro Integrador Comunitario (CIC) del barrio 30 de Octubre, parte del equipo se queda allí y el resto realiza un monitoreo de la zona mediante charlas con los vecinos, a los que ya conocemos y otros que se van sumando a medida que van encontrando la posibilidad.
-¿Encuentran rechazo de algunos vecinos durante las visitas?
-Es mayor la aceptación y la predisposición a la escucha. Vamos y cuando podemos entregamos nuestras líneas de comunicación, para que luego puedan comunicarse con nosotros aquellas personas que están atravesando alguna situación de violencia. Pasamos el contacto a una persona, quien luego le transmite la posibilidad de contactarnos a alguien que esté padeciendo una situación violenta.
Hemos identificado una población muy sensible y con interés de involucrase para ayudar a otras personas; esa es un poco la campaña comunicacional que hicimos. Sabemos que hay vecinos que se involucran, nos avisan y nosotros nos acercamos. También trabajamos con esta modalidad y de forma mancomunada con niñez; ya que donde hay un niño que sufre violencia, puede haber una mamá que esté afectada. O una mamá que es violentada, impacta en el desarrollo cognitivo y emocional de un niño en su primera infancia o adolescencia.
-Teniendo en cuenta el contexto de crisis económica y social ¿Es suficiente lo que se está haciendo?
-El abordaje es integral. Cuando tenemos el primer contacto con la persona, medimos el riesgo en el que se encuentra. Si está en un alto riesgo, tenemos a disposición el Hogar de Protección Integral en nuestra ciudad; donde hemos albergado 15 mujeres en 2020 y en lo que va del año fueron diez, con sus hijas e hijos. Además recibimos a mujeres de municipios cercanos, que no cuentan con este espacio o una política pública como la nuestra que fue creada en 2018.
En una segunda instancia, hacemos una entrevista exhaustiva en donde conocemos la persona, en su contexto social, socio-familiar, educativo, de empleabilidad, salud y habitacional. Esto nos sirve para conocer las herramientas que necesitamos en el acompañamiento de forma integral.
Tenemos que pensar el empleo con perspectiva de género. Hay que saber que una mamá que está exclusivamente con sus cinco hijos, debió emplear muchísimo tiempo y años para la crianza de los mismos, lo que implica un trabajo no remunerado. Muchas de ellas no han podido finalizar sus estudios, ya sea secundario o terciario, entonces es muy complicado pensar en una reinserción inmediata en el mercado laboral. Para encontrar soluciones a esta problemática, sin dudas es necesario articular el acceso al empleo con la educación.
-¿Cómo se trabaja en eso?
-Desde la dirección trabajamos para articular con el programa nacional Acompañar, que permite tener un ingreso económico para que la persona pueda formarse en un oficio, terminar un nivel académico o pensar un autoempleo. Con este ingreso tiene la posibilidad de comprarse herramientas para trabajar la madera, capacitarse en gastronomía, incursionar en algo más artístico, perfeccionarse en construcción (albañilería, pinturas, etc…) o lo que le interese. Es necesario acompañar a las personas en el proceso de reinserción en el sistema educativo, para después poder ingresar al mercado laboral formal.
Las entrevistas exhaustivas nos han permitido tener algunos datos para conocer el panorama y seguir pensando en esta línea de la política pública basada en la evidencia. De las personas que acompañamos, cerca del 75 por ciento trabaja. Consideramos trabajo: el cuidado de sus hijos, las tareas domésticas, estar a cargo de personas con discapacidades, acompañamiento de adultos mayores y el apoyo escolar. Todo este trabajo es no remunerado, no cuentan con un ingreso económico. Sólo un 37 por ciento tiene un empleo y el 80 por ciento de estas personas está de manera informal (sin vacaciones pagas, sin aguinaldo y no cuentan con actualizaciones salariales)
El contexto de vulnerabilidades que se encuentran las diversidades es muy complejo. Vos me preguntabas si es suficiente el abordaje que hacemos desde la dirección y la respuesta es no. Tenemos que articular y pensar con todas las demás direcciones del municipio para poder brindar mayores respuestas.
Trabajamos constantemente con la Coordinación de Emprendedurismo, donde está Fernando Diorio y Juliana Fernández Aranda, ya que junto a ellos ayudamos a que las personas piensen en un autoempleo. Pensamos la salud con el secretario Miguel Toledo y las chicas de obstetricia. Encaramos acciones directamente con Salud Mental; ya que existe una evidente acumulación de tensiones, por estar aisladas al cuidado de los hijos, sin ingresos fijos y con pocas posibilidades de incorporarse en el mercado laboral formal. Esto impactó muchísimo en el aspecto psicológico de las mujeres, casi de manera catastrófica y es muy preocupante.
Algo muy importante que percibimos en la dirección, en base a los testimonios, es que las maternidades son responsabilidades obligadas para las mamás y parecen roles opcionales para los papás.
La situación es crítica, nos lo dicen los números pero principalmente las mujeres y diversidades que día a día acompañamos. Son ellas quienes manifiestan encontrarse en un permanente contexto de violencia, que muchas veces se agrava al circunscribirse en un ámbito de vulnerabilidad socioeconómica. El intendente ha acompañado e impulsado las acciones desde la dirección, incluso nuestro municipio ha dado pasos en ampliación de derechos antes que otros niveles estatales.
-¿Por ejemplo?
-La incorporación de personas trans a la municipalidad, lo cual hicimos antes que se emitiera el decreto nacional, la ley nacional y la norma provincial de cupo para personas trans.
Nuestros objetivos son disminuir las violencias y las desigualdades multidimensionales de mujeres y diversidades presentes en el acceso a la salud, la justicia, las oportunidades de incorporarse en el mercado laboral y de acceder a un escenario.
-¿Es una tarea compleja?
-Claro que sí. Estamos pensando y trabajando articuladamente para modificar estructuras históricamente construidas que constituyeron una sociedad inequitativa e injusta, pero estamos convencidos que el camino hacia una ciudad más igualitaria es estar cerca de las mujeres y diversidades. Conociéndolas en sus individualidades y trabajando articuladamente con las instituciones educativas como lo estamos haciendo (facultades, escuela de oficios, universidad popular, escuelas secundarias para adultos y otras), con efectores de salud, considerando la salud en su concepción multidimensional (bio y psico-social) y los organismos responsables de la administración de la justicia.
-¿Empezaron a evidenciar un avance en el trabajo de la dirección, luego de confeccionar el mapa de calor y usarlo como herramienta?
-Sí, lo notamos en las respuestas que pudimos dar. Con los abordajes, durante 2020 y 2021, se han incorporado más de 150 personas en programas nacionales como el “Potenciar Trabajo” Esto permitió que muchas personas estén estudiando en la escuela Tadea Jordán, en la Universidad Popular y otros terminando el secundario. Para mantener el ingreso económico, la contraprestación que pide el estado es la formación.
Por otro lado tenemos a 120 mujeres que están cobrando el Acompañar, dependiente del Ministerio de las Mujeres, el cual equivale a un aporte económico a las personas que están en alto riesgo. Son seis Salarios Mínimos Vital y Móvil que se depositan de forma mensual, para que tengan un autoempleo. Así tenemos personas que se están comprando todo lo necesario para montar una peluquería, están pagando hornos o elementos de cocina, adquieren herramientas y telas para emprendimientos textiles.
Nosotros empezamos un trabajo de contención y acompañamiento, para que en una segunda instancia las mujeres puedan empezar una vida libre de violencias. Esto no es de un momento a otro, ya que las personas suelen estar dañadas al extremo en lo que respecta a lo físico y emocional; trabajar en estos últimos dos aspectos es lo que más cuesta, no es fácil reconstruirse y salir de la situación de violencia. Existe un período de luna de miel de las parejas, donde el violento promete cambiar y mejorar, pero es cíclico. Pudimos evidenciar que existen varias denuncias antes de finalizar una relación.
Las personas están involucradas emocionalmente y en varias oportunidades vuelven con sus vínculos. En estos casos, la violencia es parte de alguien con quien se pensó un proyecto familiar, tener hijos y es la persona que uno ama. Cuesta mucho comprender que eso no es amor y en realidad es maltrato. La contención psicológica es importante, ya sea articulando con los CAPS de la ciudad (Centros de Atención Primaria de la Salud), las terapias individuales o talleres grupales que tenemos y denominamos Encontrate.
A la víctima le cuesta reconocer toda la violencia psicológica como suficiente como para terminar con un vínculo y poder recomenzar.
-La educación de los jóvenes ¿avanza en este sentido o crees que va por otros carriles totalmente distintos?
-La ley de Educación Sexual Integral la tenemos hace varios años y se viene trabajando en este sentido. Nosotros hemos articulado acciones con la Dirección Departamental de Escuelas, junto a Laura Mansilla, que viene haciendo un trabajo muy valorable. Queda muchísimo por hacer, ya que el producto que tenemos hoy es el resultado de muchos años en los que no se ha considerado a la mujer ni a las diversidades, se ha anulado las diferentes identidades de género y se las ha excluido. Muchas veces los colegios fueron lugares de burla y bullying.
Mi mirada actual sobre la educación en este sentido es optimista, reconociendo que sigue habiendo exclusión, discriminación y violencia. Lo veo en los adolescentes con quienes trabajamos en los Talleres de Educación Integral que estamos haciendo, donde los chicos expresan la necesidad de charlas sobre las enfermedades de transmisión sexual y de los métodos anticonceptivos. Nos han expresado que muchas veces no conocen la exposición a la que se encuentran. Desconocen las diferentes situaciones de violencia que existen y cuando se las explicamos, ellos mismos las identifican en sus familias. También hablamos de las situaciones de celos por las reacciones de diferentes personas en redes sociales. Eso que en la adolescencia ya hace ruido y es motivo de pelea o discusión, en la adultez puede ser señal de alarma o golpe. Además empezamos a ver mamás muy jóvenes, con niños, violentadas, separadas y solas.
Creo que se viene trabajando y queda muchísimo más por hacer. La Educación Sexual Integral no es solo una temática y no debe ser únicamente responsabilidad de la escuela. Nosotros como estado tenemos que trabajar con adolescentes, como lo venimos haciendo con niñez. También se tiene que dar un espacio de aprendizaje en la familia, ámbitos laborales, lugares sanitarios, facultades y en la formación docente.
La educación sexual integral debe charlarse a lo largo de toda la vida. Hicimos talleres con docentes de los jardines municipales, en los cuales vemos ya la necesidad de hablar de las instancias trans y acompañar esta etapa.
-¿Hay choques con algunos docentes que tengan otra visión al respecto?
-Sí, obvio, pero hay que seguir charlando, educando, conversando y poner el abrazo en lo más importante.
La apuesta y la inversión estatal son para que los adolescentes de hoy, sean adultos y adultas con vínculos saludables. Estamos pensando en acompañar esa generación, sin dejar de lado a las adultas y adultas mayores. Nos pasó de recibir mujeres de 50, 60 o 70 años, quienes nos han expresado que han sido violentadas durante décadas y hoy, acompañadas de sus hijas, sobrinas o ahijadas, han tomado contacto con nosotros y se animan a decir basta, necesito separarme.
Un punto importante que nos falta es el patrocinio gratuito para mujeres y diversidades que necesitan esa representación en la justicia, para una cuota alimentaria o divorcio. El patrocinio gratuito en la justicia es algo que necesitamos con urgencia. Nosotros podemos asesorar a las víctimas, pero nos falta un paso más.
Algunas acciones las podemos hacer mediante la Defensoría, pero otras necesitamos otras herramientas. La cuota alimentaria ha sido uno de los temas más frecuentes para nosotros, ya que los padres (no todos) no cumplen con ingresos económicos, no realizan acompañamiento escolar, no dedican horas a sus hijos y tampoco se preocupan por el acceso a la salud de los niños y niñas. Si los padres no cuidan a sus hijos, las madres no pueden salir a trabajar. Todas las acciones, llevarlos a la escuela, darles de comer, comprarles ropa y muchas otras más, no son distribuidas equitativamente y así seguimos poniendo a la mujer en una situación doblemente violentada.
-Según una estadística nacional, desde la reapertura de la actividad nocturna se multiplicaron los casos de abusos sexuales ¿Se evidencia lo mismo en la ciudad?
-En la dirección no hemos tenido acompañamientos a personas abusadas después de fiestas clandestinas, no en ese carácter. Sí nos llegan comentarios y estamos atentos a prevenir esas situaciones, mediante charlas con adolescentes o acompañando. Por otro lado, sí podemos decir que en noviembre tuvimos un número alarmante de casos que ascendió a cuarenta, una cifra elevada por mes.
-¿Cuál es tu meta de trabajo en la secretaría para los próximos dos o seis años?
-Mantener la salud de manera integral, psicológica y física, para luego pensar en lo habitacional. Tenemos que pensar la incorporación del derecho a una casa, para mujeres y diversidades que han transitado situaciones de violencia. El intendente Martín Oliva y Marianela Marclay, secretaria de Desarrollo Social y Educación, brindaron un apoyo constante a cada una de las acciones que llevamos adelante desde la Dirección de Mujeres, Género y Diversidad.
Una mirada al futuro
Espero que las mujeres y diversidades de nuestra ciudad sientan cada vez más a un estado presente, que está cerca y puede abrazarles en sus situaciones críticas; así como propiciar junto a ellas, ellos y elles el inicio de una etapa con mayor calidad de vida. Tenemos que seguir siendo puentes en la reinserción al sistema educativo y contener a quienes se dan una nueva oportunidad para formarse, multiplicar las oportunidades laborales de quienes hoy se encuentran fuera del mercado laboral formal y hacer efectivo el acceso a la salud.
En definitiva, estando cerca de las personas conoceremos con precisión las situaciones para pensar juntos las políticas públicas que mejoren su calidad de vida.
Mirando el mapa de calor (foto), da la sensación de que no existe violencia de género en el centro de la ciudad.
Hay varias hipótesis y me parece espectacular que lo podamos mencionar. Sí hay violencia en el centro de la ciudad, pero ese mapa lo que representa es el acompañamiento desde el municipio, pero no las denuncias. Lo que ocurre es que tal vez con un poder adquisitivo mayor, habilita tener una contención psicológica de manera independiente y un asesoramiento legal pago. Hay otra red familiar y diferentes recursos.
Es muy importante profundizar la comunicación; ya que puede ser que en algunas zonas blancas del mapa de calor, las personas que vivan allí no estén al tanto de que existe un equipo interdisciplinario disponible. A la hora de pensar una campaña comunicacional, hay que ir a los puntos más importantes y también a aquellos donde no hay registros de haber intervenido, ya que quizás no saben de la existencia del estado. Es muy importante saber dónde estamos presentes como estado y dónde no, para poder avanzar y pensar acciones a futuro.