Juan Carlos Meillard, candidato a presidente del Partido Socialista provincial por Pluralismo Federal
Por: Matías Dalmazzo
Mientras el oficialismo nacional negocia una posible suspensión o modificación de fechas de las elecciones PASO, debido a la actual pandemia mundial, los diferentes espacios políticos siguen definiendo a sus líderes provinciales y mediante comicios internos.
De esta manera, el socialismo entrerriano medirá fuerzas el 18 de abril, con un candidato uruguayense como uno de los aspirantes a tomar el control del partido a nivel provincial.
Debido a esto, la redacción de La Calle dialogó con Juan Carlos Meillard, oriundo de Concepción del Uruguay y candidato por Pluralismo Federal en la interna que se avecina.
Más allá de que a tu corta edad ya tenes experiencias en otras candidaturas ¿En qué momento de tu vida te llega esta posibilidad de disputar el control del Partido Socialista en la provincia?
Tuve la oportunidad, en el año 2018, de encabezar una lista legislativa con 25 años recién cumplidos: fui el candidato más joven de los que encabezaban las listas, fue una experiencia maravillosa, pude recorrer todos los departamentos y visité una enorme cantidad de ciudades de nuestra provincia. A partir de ese momento entendí la enorme felicidad que me producía trabajar en armados electorales, compartir momentos con los diversos grupos que iba conociendo y sumar personas a la propuesta. Luego llegó la elección nacional y con ella la oportunidad de ser candidato a diputado nacional. Durante 2018 fue un año de muchísima actividad política y que me marcó para siempre: a partir de allí arrancamos a construir el espacio, que tras estos años de muchísimo trabajo se encuentra listo y maduro para conducir el destino del Partido Socialista de Entre Ríos.
¿Crees que tu posible arribo a la conducción puede ser positivo para Concepción del Uruguay? ¿Cuáles serían los beneficios para el partido por un lado y para la ciudad por el otro?
El Partido está en el momento más raquítico de su historia. La dirigencia no ha sabido interpretar a sus afiliados y no ha podido contenerlos con un proyecto político claro ni real. Luego de décadas de historia democrática, con cuatro legisladores provinciales, un diputado nacional, intendencias y concejalías, hoy el socialismo entrerriano no tiene representación parlamentaria en casi ningún estamento público. Darle fortaleza institucional a un partido que ha sido mal manejado y ofrecerle un proyecto político a los afiliados, es lo que le va a hacer bien, más allá de quien encabece el proceso. Si el socialismo crece y se fortalece en la arena política frente a otras opciones más tradicionales, también le va a hacer bien a la democracia y a la ciudadanía en su conjunto.
¿Te molesta que desde algún sector del espacio te señalen por haber hecho un acuerdo con el vecinalismo local en las últimas elecciones, pese a haber competido en las internas socialistas?
No me molesta para nada. En su momento hicimos un acuerdo político y no me arrepiento. Al oficialismo partidario sí le molestó muchísimo y es lógico, ya que no recibieron ni un sólo voto nuestro luego de las PASO. Se nos hizo imposible trabajar en conjunto con el grupo ganador, no me atendían los teléfonos y prefirieron no incluirme en el armado de su campaña ¿Por qué me iba a quedar en un espacio donde no me querían? No hay que perder tiempo en las construcciones políticas, por suerte siempre mantuve relaciones muy buenas con todos los sectores y a la hora de trabajar nunca faltaron oportunidades de dialogo con otras fuerzas.
¿Cuál es el futuro que proponen para el partido Socialista Nacional y de la provincial?
El principal desafío que tenemos es darle vida a una institución que está en terapia intensiva y que no se puede levantar. Hoy el partido no está generando representación hacia afuera y tampoco hacia adentro. Debemos revalorizar las instituciones partidarias, realzar el rol que los socialdemócratas tenemos que jugar en la democracia argentina. De esa manera, orgánica y casi naturalmente, el partido irá encontrando el rumbo en una realidad argentina tan pivotante y poco clara.
¿A qué se refiere cuando hablan de renovación del partido?
En cualquier institución seria, cuando una conducción fracasa, debe dar un paso al costado; sea en un club, en una ONG, o en un partido político. En el Socialismo llevamos 20 años de lo mismo, pero con cada vez menos éxito, si es que alguna vez lo hubo. Elección a elección se ha ido perdiendo el rumbo y con él al votante promedio que nos acompañaba ¿Qué hizo la conducción socialista con los votos que sacó Binner en el año 2011? No supieron qué hacer y se les escaparon de las manos. Renovar el partido debe significar esa recuperación: volver a nuestro lugar de centro izquierda democrática, para así construir un espacio amplio socialdemócrata que le ofrezca una alternativa a la provincia y al país. La renovación que planteamos tiene que ver con eso, con una cuestión cultural a la hora de construir poder, con una cuestión filosófica e ideológica; no tiene que ver con el discurso de renovación jóvenes versus adultos. Acá la edad no tiene mucho que ver, es toda una cuestión de espíritu y enfoque.
¿Qué cambió de la última vez que disputaron la interna hace dos años a la actualidad?
Principalmente nosotros. Crecimos mucho y en un sentido amplio: maduramos y desarrollamos el partido en lugares donde no existía. Tenemos listas presentadas en más del doble de los departamentos que el oficialismo, lo que no había sido así en la interna pasada. Con claridad venimos creciendo a pasos agigantados.
Considerando sus acercamientos con el radicalismo y fuerzas capitalinas como Roy Cortina ¿Se ven trabajando con ellas en un mismo frente?
¿Por qué no? Lo que necesitamos es sumar voluntades, unirnos en las coincidencias, esa será nuestra mayor fortaleza si lo logramos. De igual manera, no estamos trabajando concretamente con nadie en ningún armado electoral. Hoy nuestra prioridad es ganar la interna el 18 de abril, después de eso y ostentando la conducción, vamos a habilitar todos los espacios que hoy están inactivos para que las y los afiliados definan cuestiones relacionadas a las alianzas electorales. Más allá de eso, es fácil observar que hay algunos debates ya bastantes zanjados dentro de nuestra fuerza: no me caben dudas de que el socialismo se encontrará en oposición al actual gobierno de Bordet y de Fernández. La manera en la que eso ocurra es lo que se está por definir este año; tanto en nuestra interna, como en la de otros partidos.
¿Qué modelos de partido se enfrentan hoy en las elecciones a nivel nacional?
La sociedad tiende a la polarización, esa es la regla general en el mundo que nos toca vivir hoy. Y no es por capricho de los dirigentes: la misma sociedad polemiza y confronta todo el tiempo e instalan así la idea de la polarización. Si hoy haces política tenes que elegir entre polarización o intrascendencia. Blanco o negro. A su vez, dentro de la polarización, se permiten debates más profundos, allí aparecen los grises ¿Y si es tiempo de la socialdemocracia y de los moderados? El socialismo hoy en términos nacionales debe definir si quiere ser parte de un gobierno nacional como el que tenemos hoy, con sus atropellos, su incapacidad para trabajar en los problemas que afectan a la gente, sus prioridades más ligadas a la impunidad de sus dirigentes que a los intereses nacionales; o si quiere formar parte de un espacio socialdemócrata, amplio, moderado, que busque abrir nuevas oportunidades a nuestras sociedades. Hoy no hay nada más revolucionario que sentarse a conversar con quienes mantenemos diferencias. Con esa actitud podemos marcar una buena diferencia hacia adelante.
¿Existió la posibilidad de un acuerdo local, cómo fue en el resto de los departamentos?
Existieron. Pero no se pudo llegar a acuerdos en ningún lado. La unidad surgirá de elecciones libres, democráticas y transparentes. Si el afiliado siente confianza en el proceso, sea cual sea el resultado, entenderá su lugar y su rol luego de las elecciones.
¿Qué enfoque quieren darle a cada departamento en sus acuerdos políticos?
Tenemos por delante un año electoral nacional, a diferencia de las elecciones provinciales, no entran en tensión tantas realidades distintas como pueden ser la de los departamentos, sino que la realidad política es más general. Pero más allá de todo eso, queremos un partido que no encorsete a nadie, que no limite las posibilidades de construcción de sus afiliados en ningún lugar ni por ningún motivo. Aquí no hay que poner límites. Hay que elegir objetivos. El objetivo son la libertad y la igualdad de nuestra ciudadanía.
Pensando muy a futuro ¿Te seduce la idea de alguna vez ser candidato a intendente?
Gobernar un municipio debe ser uno de los desafíos más difíciles para cualquier dirigente, hay grandes temas relacionados con gestión de recursos que hay que saber trabajar muy bien para estar a la altura de la circunstancia. Para esto, el contacto directo que un intendente tiene con la gente es muy importante y valioso, pero también difícil de manejar. Hay que prepararse muy bien porque cuando se ocupan esos lugares no se puede fallar: los errores repercuten en la vida de la gente, por lo tanto la clase política debe ser idónea y responsable. Teniendo estas cosas en cuenta y pensando en el futuro, gobernar la ciudad sería un orgullo para mí y sin dudas para cualquier uruguayense que sea designado por nuestra ciudadanía.