Los vecinos reaccionaron ante los permanentes hechos ocurridos.
Vecinos de Barrio Luz y Fuerza de Paraná, más precisamente, desde calle Sosula, solicitaron mayores patrullajes policiales ante los reiterados hechos de inseguridad de los que son víctimas. El violento asalto a un joven y nueve robos en menos de dos años a una vecina, fueron los últimos episodios que encendieron las alarmas y tras los cuales lograron reducir a los malvivientes.
“Al mediodía, escuchamos los gritos de la vecina y, cuando nos asomamos, vimos que un chico iba corriendo con ropas que había robado de la soga; al llegar a la esquina, se tropezó con el cordón y ahí los vecinos lo redujimos para tratar de recuperar las cosas y que no pueda escapar”, repasó Mauro. “El ladrón era mayor de edad y lo único que repetía era que lo suelten; lo redujimos y esperamos a la Policía, que tardó unos 20 o 25 minutos”, comentó.
Y agregó: “A mi domicilio entraron dos veces en un mes y, en las dos veces, logramos reducir al ladrón porque andaba por los techos con las cosas robadas”. “Los vecinos estamos en alerta por estas situaciones porque el segundo robo fue más grave porque entraron adentro de mi casa”, destacó.
“Después de la pandemia se incrementaron las olas de robos en la zona”, aseguró el hombre.
En la oportunidad, la vecina a la que le robaron la ropa de la soga, confirmó que “ya suman nueve veces las que le roban en menos de dos años”. “Es un dolor terrible porque uno no puede estar ni en su propia casa. Me desvalijaron la casa, se llevaron todo, desde las zapatillas hasta los acolchados y el contrato de la casa”, especificó y lamentó: “Tenemos que vivir encerrados y no es justo”.
“Es indignante que te roben y si los tocás, tenés problemas. Así que cuando los atrapamos, entre nosotros tenemos que pedirnos que no les hagan nada”, comentó en relación a las intervenciones de los vecinos para atrapar a los ladrones. De igual manera, se mostró agradecida a los vecinos que redujeron al delincuente.
“A un chico lo quisieron asaltar y el ladrón andaba con un palo de escoba cortado con algo punzante en la punta. Se lo clavó, le hizo dos puntazos a la altura de la espalda, le rajó la cabeza y le dejó el ojo morado e hinchado por los golpes”, contó otra vecina, que hace 52 años vive en la zona, y fue una de las que asistió a la víctima del violento episodio de inseguridad. “El papá después vino a agradecernos a los vecinos que lo socorrimos. Nadie dice que la Policía no viene, pero al que pide socorro, uno tiene que ayudarlo”, fundamentó al respecto.
Salimos a socorrerlo y no medimos si el ladrón tenía un arma porque no queda otra que ayudarnos entre nosotros”, completó otro vecino.