Si bien existe una causa en curso, la mujer debió irse de su vivienda y le robaron todo.
Muchas veces escuchamos a sociólogos o especialistas que analizan la actualidad, que hacen referencia al “deterioro del tejido social” cuando quieren abordar una determinada problemática social. Para intentar graficar esta expresión, es importante conocer la historia de Inés Santana, una vecina de Concepción del Uruguay que es víctima de una situación extrema que no debiera naturalizarse.
De acuerdo a una entrevista que Inés brindó a los colegas de Somos Concepción, la cual fue desgravada y desmenuzada por la redacción de La Calle, la mujer fue brutalmente agredida en su domicilio, la amenazaron de muerte y debió abandonar la vivienda que habita hace 24 años. Una historia que muchas veces escuchamos que ocurren en grandes urbes del país, pero que sucedió en un barrio de la histórica.
“Fue una cosa muy dolorosa y todavía no puedo creerlo, hace un mes tuve que dejar mi casa. Mis familiares no me dejaron quedarme a dormir en mi casa, me pidieron que me vaya de ahí el mismo día que sufrí una situación violenta. Volvieron a la noche y me robaron los televisores, se llevaron mi ropa y sustrajeron todo lo de valor”, reveló la damnificada.
“Fui atacada por la familia que vive frente a mi domicilio, los Silva de Almeida, que son bastante conocidos por la violencia; ya que están relacionados con varios hechos ocurridos en la ciudad”, agregó la mujer.
“Estaba tomando mates y mirando una novela a las siete de la tarde, cuando escucho que bajan de una moto y vienen corriendo a tocar la puerta de mi casa. Pensé que era mi hijo Rafa, pero cuando abrí era una mujer; que parecía una hiena o un monstruo feo. Empezó a golpearme y a arrastrarme para afuera, mientras los hijos y la nuera estaban atrás. Fue una cosa de terror, cuando me di cuenta estaba rodeada por gente que me atacaba y no sabía el motivo, contó la víctima. “Después me enteré que mi hija mayor y el esposo, por hacerles un favor a la policía, salieron de testigos en un hecho que involucraba a uno de esos chicos. No tengo nada que ver con esa situación y tampoco sabía lo que había pasado”, remarcó Inés.
“Había habido un asalto en el barrio del Turf, donde le sacaron el celular y las cosas de la facultad a una chica que pasaba por ahí. Por este hecho salieron de testigos mi hija y mi yerno, lo que después motivo que me atacaran a mí”, detalló la entrevistada.
“Me atacaron, se fueron y volvieron a la noche cuando no había nadie. Yo me iba a quedar, pero tengo un nieto de 19 años que me abrazó y me pidió que no vaya a dormir a mí casa. Me emociono cuando lo cuento, pero me dijo que si me pasaba algo él se moría. Yo tengo doce nietos”, contó la mujer.
“De la justicia no me puedo quejar en lo más mínimo, estuvieron de diez. La policía hace lo que puede, porque ellos son escupidos y golpeados. Tampoco me puedo quejar de las chicas de la Comisaría de la Mujer, me atendieron muy bien. Insisto con el fiscal que intervino, Julián Santo, quien enseguida ordenó un botón anti-pánico. El fiscal me pareció muy buena persona y muy humano”, describió la damnificada.
Además, Inés dejó en claro que: “Quiero salir a hablar, porque nos amenazaron de muerte. Les recomiendo a todos que no la abran la puerta de la calle, por lo menos hasta que sepan quién está del otro lado”.
Por último y en relación a la causa en trámite, que tiene a los acusados en libertad, informó que: “La semana pasada me comunicaron que los agresores están imputados y la causa todavía está abierta. Ellos sabrán lo que van a hacer”.