Un punto independiente de recepción de plásticos

Señor director:
Para quienes no viven en los barrios alcanzados por la recolección y selección de plásticos, les cuento que en calle Belgrano 1801 reciben este tipo de material seleccionado debidamente, para luego venderlo y así costear una iniciativa que tienen con animales. Realmente no puntualicé bien cuál era la actividad con los perros, pero el dinero recolectado es para alimentarlos y algunas cuestiones que no recuerdo.
Lo cierto es que cualquier ciudadano puede colaborar desde su casa, tanto con esta persona como con la ecología en la ciudad, aliviando al sistema de recolección de basura. De manera muy práctica, una persona puede tomar una botella de plástico vacía y allí empezar a acopiar envoltorios de golosina, films de fiambres, envases de yogurt (se lavan, se secan, se recortan y se van pasando por el pico de la botella) y muchos otros plásticos que habitualmente descartamos como si nada en las bolsas de basura.
La idea es que el plástico esté seco y sin restos de comida, por lo tanto se recomienda tener un pequeño espacio en la cocina para lavar estos plásticos y dejarlos secar; una vez que están limpios y secos, mientras tomas mate con tu pareja y hablas del día, se puede depositar el plástico en la botella. Cuando se va llenando, pueden tomar un palito de madera firme que pase por el pico de la botella y compactar la basura así entra más.
Les aseguro que con una ecobotella van a reducir notoriamente el descarte indiscriminado de plástico, van a colaborar para que no sigamos complicando el trabajo del personal de recolección de basura y a la vez participarán de la noble causa de aportar algún tipo de ingreso mínimo para alimentar perros en situación de calle.
En esta dirección también reciben cartón en condiciones para poder venderlos una vez que juntan una buena cantidad.
Seguramente resulta un poco alocado encarar esta manera de tratar la basura que nosotros mismo generamos en el día a día, pero les puedo asegurar que con el tiempo se vuelve costumbre abrir un paquete de hamburguesas, cocinar, lavar el envase, dejarlo secar y más tarde acopiarlo en una botella de plástico. Es cuestión de costumbre, de querer colaborar con una noble causa y de paso ayudar al sistema de recolección de basura (si lo hacemos todos el volumen general de la basura que deberá acopiar la ciudad será notoriamente inferior).
No se trata de hacerse el ecologista, no es la intención caminar por la calle tratando de inculcar esta modalidad de tratado de los plásticos a todo el mundo y no se trata de una sentirse una persona mejor. Es una modalidad de descarte de basura que funciona así en muchos países del mundo, donde estas actitudes son moneda corriente y además utilizan más métodos para reducir el volumen de basura que hace cada familia.
Ana Martínez