125 aeronaves y una treintena de embarcaciones simularon el bloqueo de puertos y ataques a objetivos de la isla independiente que el régimen quiere reintegrar como sea: “Nunca prometeremos renunciar a la fuerza”
“Nos esforzamos sinceramente por la perspectiva de una reunificación pacífica, pero nunca prometeremos renunciar al uso de la fuerza y no dejaremos ningún espacio para la independencia de Taiwán”. El seco comunicado firmado por el vocero del Ministerio de Defensa Nacional de China, Wu Qian, deja en claro que la retórica del régimen de Xi Jinping con respecto a la isla se vuelve cada vez más intransigente y deja traslucir ansiedad por resolver su anexión.
China ha llevado a cabo una demostración de fuerza militar sin precedentes alrededor de Taiwán, desplegando un número récord de aeronaves y buques en ejercicios que simulan el cierre de puertos clave y el asalto a la isla, según informaron funcionarios taiwaneses y medios estatales chinos el lunes.
El Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán reveló en una rueda de prensa que el Ejército chino empleó un total de 125 aeronaves militares en sus maniobras alrededor de la isla, marcando un récord diario desde que se comenzaron a registrar este tipo de actividades. De estas, 90 aeronaves, incluyendo cazas de combate, helicópteros y drones, ingresaron en la autoproclamada Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) de Taiwán, aunque se enfatizó que ninguna violó el espacio aéreo soberano de la isla.
Además de la presencia aérea masiva, el MDN detectó 17 buques de la Armada china y otras 17 embarcaciones oficiales operando en las proximidades de la isla principal de Taiwán y sus archipiélagos periféricos. Estas operaciones se llevaron a cabo entre las 05:00 horas del lunes (21:00 GMT del domingo) y las 16:30 horas del mismo día (08:30 GMT).
Los ejercicios, denominados “Joint Sword-2024B” (“Espada Conjunta” en inglés), incluyeron la participación del portaaviones Liaoning, así como tropas de tierra, mar, aire y unidades de cohetes del Ejército Popular de Liberación.
Un mapa ampliamente difundido por medios oficiales chinos muestra el alcance de estas operaciones militares. El mapa revela cuatro formaciones de la Guardia Costera china, identificadas como 1305, 2102, 2901 y 1303, posicionadas estratégicamente alrededor de la isla. Flechas naranjas indican el recorrido de estas unidades, formando un círculo completo alrededor de Taiwán.
La imagen también destaca seis áreas rectangulares en rojo, que representan zonas de bloqueo de puertos e islas taiwanesas. El Ministerio de Defensa de Taiwán declaró que las seis zonas se centraban en lugares estratégicos clave alrededor y en la isla, sugiriendo un intento de simular un bloqueo marítimo completo.
Complementando la información visual, la cadena estatal china CCTV transmitió un video que mostró las últimas maniobras, presentando al portaaviones Liaoning navegando al este de la isla y lanzando cazas J-15 como parte del ejercicio. El medio estatal chino informó que formaciones de buques de guerra, incluyendo destructores y aviones, se aproximaron a Taiwán “desde distintas direcciones”. Los ejercicios, agregó se centraron en patrullas de preparación para el combate marítimo-aéreo, el bloqueo de puertos y zonas clave, y el asalto a objetivos marítimos y terrestres.
En respuesta, el Ministerio de Defensa de Taiwán informó de que había desplegado buques de guerra en puntos designados del océano para llevar a cabo tareas de vigilancia y estar preparados. También desplegó grupos móviles de misiles y radares en tierra para rastrear los buques en el mar.
“Castigo”
El Ministerio de Defensa chino declaró también que estos ejercicios son una respuesta directa a la “negativa del presidente taiwanés a aceptar la exigencia de Beijing de que Taiwán, autogobernada, se reconozca como parte de la República Popular China bajo el gobierno del Partido Comunista”.
Específicamente, China calificó estas maniobras como un “castigo” a los “actos separatistas relativos a la independencia” de la isla, en referencia a las recientes declaraciones del presidente taiwanés, William Lai (Lai Ching Te), quien afirmó durante la celebración del Día Nacional de la República de China (nombre oficial de Taiwán) que la República Popular China “no tiene derecho a representar” a la isla.
El portavoz del Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación de China, el capitán superior Li Xi, declaró que el simulacro se había completado con éxito. “Se trata de una importante advertencia a los partidarios de la independencia de Taiwán y una muestra de nuestra determinación de salvaguardar nuestra soberanía nacional”, afirmó Li en un comunicado.
Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, reiteró la posición de Beijing sobre Taiwán durante una sesión informativa diaria: “Puedo decirles que la independencia de Taiwán es tan incompatible con la paz en el estrecho de Taiwán como el fuego con el agua. Las provocaciones de las fuerzas independentistas de Taiwán serán respondidas con contramedidas”.
“Cesar las provocaciones”
Joseph Wu, secretario general del Consejo de Seguridad de Taiwán, respondió a las amenazas chinas en un foro celebrado en Taipéi: “Definitivamente, nuestro ejército hará frente a la amenaza de China de forma adecuada”. Wu añadió que “amenazar a otros países con la fuerza viola el espíritu básico de la Carta de las Naciones Unidas de resolver las disputas por medios pacíficos”.
Por su parte, la Oficina Presidencial de Taiwán hizo un llamado a China para que “cese las provocaciones militares que socavan la paz y la estabilidad regionales y deje de amenazar la democracia y la libertad de Taiwán”.
Estos ejercicios marcan la quinta ocasión desde 2022 en que China recurre a maniobras de esta magnitud. Las primeras de este calibre se realizaron en respuesta a la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, a Taiwán, un evento que enfureció a Beijing y elevó la tensión en el Estrecho a niveles no vistos en décadas.
Ejercicios similares a gran escala tuvieron lugar tras la toma de posesión de Lai en mayo. Lai continúa los ocho años de gobierno del Partido Democrático Progresista, que rechaza la exigencia china de reconocer que Taiwán forma parte de China.
Estados Unidos, el mayor aliado no oficial de Taiwán, ha calificado de injustificadas las maniobras de China en respuesta al discurso del presidente Lai. Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, declaró en un comunicado: “Pedimos (al gobierno de Beijing) que actúe con moderación y evite cualquier otra acción que pueda socavar la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwán y en la región en general”.
A pesar de la escalada militar, la vida en Taipéi parecía continuar con normalidad. Chang Chia-rui, residente de la capital taiwanesa, comentó a la agencia AP: “No me preocupo, tampoco me asusto, no tiene ningún impacto para mí”. Otro residente, Jeff Huang, expresó: “Taiwán es muy estable ahora, y estoy acostumbrado a los ejercicios militares de China. He recibido este tipo de amenazas desde que era niño, y estoy acostumbrado”.
La situación actual refleja una escalada en el largo conflicto entre China y Taiwán, que se remonta a 1949, cuando los nacionalistas de Chiang Kai-shek huyeron a la isla tras ser derrotados por los comunistas de Mao Zedong en la guerra civil china. Desde entonces, China ha considerado a Taiwán como una provincia rebelde que debe ser reunificada con el continente, por la fuerza si es necesario.
Mientras tanto, Taiwán ha desarrollado su propia identidad democrática y ha resistido los intentos de reunificación de Beijing. La comunidad internacional observa con preocupación estos desarrollos, temiendo que un error de cálculo pueda desencadenar un conflicto más amplio en una región ya de por sí tensa.