Por Alfredo Guillermo BevacquaEra una costumbre en pueblos y ciudades del interior en los que se editaban diarios: si alguien importante –político, artista, empresario, deportista, lo que fuera- llegaba a la ciudad, en la agenda no podía faltar una visita al diario. Hablamos de mas de tres décadas atrás. La vida nos puso en ese momento en un diario: La Calle. Y antes de ayer, cuando nos enteramos que había fallecido Osvaldo Wehbe, el relator de Cadena 3 (Córdoba), probablemente la radio mas grande de la Argentina, recordamos que una nochecita “el Turco” Wehbe, hizo su programa desde la redacción de La Calle; allí, en el escritorio vecino al que tecleábamos en una Olivetti, sobre el mismo partido que él comentaba.
Fue un 25 de marzo de 1984. Atlético Uruguay, en su histórica participación en el antiguo Campeonato Nacional, enfrentó ese día cerrando su intervención a Estudiantes de Río Cuarto, que lo venció por 3 a 0. En el equipo del sur cordobés jugaban Pedro Killer, con pasado en Rosario Central, el “Chocho” Llop, con futuro en Newells, Pitarch, con futuro en River, y Gambier, que deambuló por varios equipos de primera.
Osvaldo Wehbe era un joven abogado, que relataba fútbol y lo hacía “recontra bien”; disimulaba la tonada, pero no tanto, como para señalar ese orgullo de “ser cordobés”.
Tal como era costumbre en aquel entonces, al terminar la tarde dominguera de fútbol, alrededor de las 19,00 o las 20,00 daban comienzo los programas deportivos donde se analizaba los partidos con los periodistas destacados en cada cancha, se escuchaban reportajes a los futbolistas y técnicos. Osvaldo Wehbe, desde el negro teléfono, identificado con el 22527, participó en el programa de la radio riocuartense, comentando lo que se había vivido en “una ciudad bellísima, acogedora y con gente que nos llena de atenciones”. Recién comenzaba su carrera.
Quien primero se percató que era un gran relator fue José María Muñoz, que lo llevó a trasmitir a Radio Rivadavia, cuando la fecha futbolera dejó de ser dominical, para meterse en el viernes, en el sábado y también el lunes.
Después cuando Víctor Hugo Morales llegó a Continental, lo llevó a formar parte de su equipo; cuando a Víctor Hugo – catalogado como el mejor relator de habla hispana-, lo elogiaban, con la típica humildad uruguaya, contestaba “en el sur de Córdoba hay uno que, ese si, relata bien”.
Era cierto. Osvaldo Wehbe “relataba bien”, pero además tenía la virtud de emocionar. Relataba con el corazón, porque solo así se podía hacer el relato de la final de la Libertadores ganada por San Lorenzo (era hincha de los de Boedo) o el gol de Rincón, a la Alemania de Beckenbauer en Italia ‘90 (una confesión casi de su identificación con los pobres de los pueblos y los pueblos pobres), o aquel gol de Messi, en la que la pelota le informa a la red que viene “ a rendirle pleitesía en nombre del rey”, o cuando el gol de Di María en Brasil, clama desesperado por “los guardias suizos porque se les escapó Francisco”. Podrá decirse que esos eran grandes partidos, de audiencias masivas. Pero para Wehbe eran todos importantes, porque respetaba al oyente , siempre, quería ser digno en su tarea; por eso, aún en los sábados de la B, desparramaba creatividad.
Si, aún en esos partidos que solo los incurables de fútbol recordamos. Una tarde de sábado, ubicados en el cemento del Núñez, mientras se jugaba un partido del torneo local, nos acompañaba la Spika para seguir el fútbol de ascenso. Solo recordamos que jugaba Quilmes , que iba ya media hora del segundo tiempo y que desde el campo de juego le informan a Wehbe, que ingresará en Quilmes un chico de inferiores: Leonardo Colombo (que luego fuera figura en nuestro Gimnasia). A poco de ingresar hay un tiro libre para Quilmes cerca del área y el pibe ingresado, lo patea y le demuestra a Pitágoras que por un ángulo recto puede ingresar un esférico; “el turco” luego de la estirada oooo de gol, dijo que el autor había sido “Leonardo DA Colombo”… o aquel partido del Nacional B 91-92 en que Lanús frente Godoy Cruz, ganó el ascenso. Terminó el partido y el “Turco”, describió la alegría y la emoción del ambiente, dijo: “Ahí, abajo, agarrado alambrado hay un viejito, de gorra, que llora…, va la vuelta olímpica, ahí pasa Kucenka, pasa Gómez, pasa el uruguayo Villagran, pero el viejito solo ve pasar al Nene Guidi…” (Héctor Guidi fue un emblema de Lanús; la fortaleza “granate” está en las calles Guidi y Cabrero).
Murió un artista de la palabra. Queda eternizada su voz en la cinta de un viejo grabador, en un casette, en cidi o en un DVD; y seguramente cada vez que la escuchemos, nos hará rodar una lágrima. Tenía 63 años.-