La ONU hoy procederá a la evacuación de civiles de la zona de Azovstal que se encuentran retenidos.
Ucrania acusó este jueves a Rusia de violar la tregua decretada de forma unilateral para evacuar la acería Azovstal de Mariupol, lo que eleva aún más la incertidumbre sobre la situación en el único foco de resistencia en la ciudad, mientras las fuerzas ucranianas afirman haber retomado el control de algunas zonas en el sur y repelido múltiples ataques rusos en la región del este conocida como Donbass.
La toma de la localidad portuaria del sudeste de Ucrania tiene un valor relevante por lo simbólico, pero también por lo estratégico ya que le permitiría a Moscú dar un paso crucial en sus planes de unir la anexionada península de Crimea con el este ucraniano. No obstante, las informaciones sobre la situación en la acería de Mariupol, último bastión en manos de militares ucranianos, son contradictorias.
El presidente ruso, Vladimir Putin, sostuvo este jueves que «sigue dispuesto» a garantizar una evacuación «segura» de los civiles, pero instó a Kiev a ordenar a los milicianos que siguen en la planta que «depongan las armas». El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que los corredores humanitarios «están funcionando» para evacuar a los civiles refugiados en los kilométricos túneles de la acería, que según las autoridades locales serían unos 200.
Pero un alto consejero de la presidencia ucraniana, Olexiy Arestovich, indicó que los rusos que entraron en el complejo fueron repelidos, sin dar mayores detalles, alegando que las informaciones de que disponía eran contradictorias. En tanto, el subcomandante del batallón neonazi ucraniano Azov, Sviatoslav Palamar, dio parte en un video de «sangrientos combates» y acusó a las tropas rusas de «violar su promesa de tregua». Pese a las incertidumbres sobre la situación, la ONU anunció que un convoy de vehículos se dirigía a Azovstal, a donde debería llegar el viernes por la mañana para proceder a la evacuación.