El presidente ruso, Vladimir Putin, manifestó este jueves que sus tropas tomaron con «éxito» el control de la ciudad ucraniana de Mariúpol, y ordenó abandonar los ataque sobre los últimos combatientes atrincherados en la planta industrial de Azovstal, sin llevar a cabo un asalto. «El fin del trabajo de liberación de Mariúpol es un éxito», comentó Putin a su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, en un encuentro difundido por la televisión.
El mandatario ruso también le indicó que prefería dejar sitiados a los últimos combatientes ucranianos en la fábrica de Azovstal, porque un asalto se cobraría demasiadas vidas. Lo consideró «impráctico». La zona está compuesta por una extensa red de galerías subterráneas. Es una planta fabril de 10 km cuadrado sobre el mar, construida en tiempos soviéticos y diseñada para resistir una guerra nuclear. En su interior resisten unos 2000 efectivos ucranianos y civiles.
«Considero que el asalto propuesto de la zona industrial no es apropiado. Ordeno anularlo», dijo Putin. «Se tiene que pensar (…) en la vida de nuestros soldados y oficiales, no se tiene que penetrar en esas catacumbas y arrastrarse bajo tierra», prosiguió. «Bloqueen toda la zona de tal forma que no pase ni una mosca», ordenó. «Propongan una vez más a todos los que no depusieron las armas que lo hagan, la parte rusa les garantiza la vida y ser tratados con dignidad», afirmó.