Sr. Director:
Indignación, temor, bronca y dolor genera ver el estado en el que se encuentra la mujer que por un celular sufrió un ACV.
¿Acaso el precio de nuestra vida es un celular? ¿Tan poco valemos? Que tristeza, uno intenta llevar una vida sin molestar a nadie, llevándose bien con todos y el final de nuestro recorrido se termina cuando un amigo de lo ajeno se abusa de un mayor vulnerable.
Muy hombre, muy guapo el medirse con una señora de edad avanzada, pero si lo intenta hacer en su barrio o con los de su edad no le da. Necesita andar drogado y armado para sentirse machito, ojalá la señora salga de esta situación, que la justicia encuentre al responsable antes que la familia de la señora y que ese individuo no tenga paz nunca más. Ni en la cárcel ni tampoco si queda libre, que cargue con la conciencia de arruinar a una persona y a todo su círculo por un teléfono que ya no debe tener o que le dan el 20% del valor real.
Beatriz Nsgafredo