Tensión en el funeral del presidente Jovenel Moise

Le sepultaron con todos los honores, le rindieron un solemne y sentido homenaje. Las honras fúnebres, celebradas este viernes en la norteña Cabo Haitiano y presidida por la viuda y los dos hijos de Jovenel Moise, contaron con la presencia del nuevo Gobierno haitiano, del enviado especial de Joe Biden para el Hemisferio Sur, así como delegados de la ONU y del cuerpo diplomático.
Tras la Eucaristía, Martine Moise, con voz firme y serena pronunció un fuerte discurso político, en el que tildó de «aves de rapiña» a los asesinos de su marido. «Te odiaban, te lanzaron veneno», afirmó, para agregar que «siguen corriendo por las calles. Ni siquiera se esconden. Están ahí observándonos y escuchándonos». Los desafió asegurando que no sucumbirán ante el miedo. «Los miraremos directamente a los ojos. Les diremos que ya es suficiente» Animó a sus compatriotas a seguir adelante con las ideas de quien fue su compañero durante 25 años, «nos mostró el camino, nos abrió los ojos. Perdimos una batalla pero no la guerra».
Poco antes del funeral de Estado, una de las comitivas oficiales debió acelerar el paso al escuchar disparos y presenciar el lanzamiento de gases lacrimógenos para contener una manifestación violenta de los partidarios de Moise, según información de Reuters. Pero no todas las muestras de dolor de los haitianos del común se debieron a que fuese un presidente popular y amado, un dirigente distinto a la pléyade de mandatarios que han saqueado las arcas de su paupérrimo país. Bajo su polémico mandato, además de continuar los niveles de pobreza y miseria que alcanzan al 85% de la población, agravado por el Covid, la delincuencia se disparó, se fortalecieron las bandas criminales, el secuestro se convirtió en una pesadilla cotidiana; fueron constantes las protestas callejeras y las denuncias tanto de corrupción como de violación de la Constitución. Fue la forma de morir en su propio dormitorio, un asesinato cruel, cometido con sevicia y supuestamente ejecutado por ex militares colombianos, que también hirieron a su mujer, lo que unió a Haití entorno a su figura. Existe un repudio generalizado a que fuesen fuerzas extranjeras las que irrumpieran en suelo haitiano para dar muerte a su jefe de Estado.