Tenía domiciliaria y seguía con la venta de drogas

Secuestraron droga y dinero.

A mediados de octubre de 2020, Nahuel Deharbe fue detenido en medio de un operativo en el barrio La Milagrosa de Paraná, donde se resistió con un arma de fuego. Lo esperaban varias imputaciones por robos y estafas y hasta una terminar de cumplir una condena por un violento asalto a una escribana en el centro de Paraná. Hace unos meses le dieron el beneficio de la prisión domiciliaria. El delincuente lo aprovechó para vender drogas, según las sospechas en la investigación. En la noche del sábado la Policía Federal allanó su casa y lo detuvo con cocaína y marihuana en la vivienda.
La investigación fue instruida por la fiscal de Paraná Mercedes Nin, y culminó con los allanamientos a dos viviendas: una en calle Coronel Barrenechea y otra en Onésimo Leguizamón.
En la primera fue donde estaba Deharbe cumpliendo la prisión domiciliaria. Luego de una larga espera, los efectivos de la Policía Federal pudieron ingresar a la vivienda. Luego de un entredicho y algo de resistencia del acusado y sus familiares, avanzaron con el procedimiento.
En la casa había 53 gramos de cocaína, distribuidas en dosis y en trozos, y algo de marihuana. También se secuestraron 53.000 pesos y otros indicios de la venta de drogas.
Por disposición de la fiscal, Deharbe fue enviado a la Alcaidía donde quedó alojado y perderá el beneficio de la prisión domiciliaria. Será imputado por narcomenudeo, mientras se analiza la situación de la mujer que estaba en la vivienda.
En la segunda casa allanada no se encontró elemento de interés para la investigación.
Cabe recordar que, tras permanecer un tiempo prófugo, Deharbe debió ir a la cárcel a terminar de cumplir una condena por un violento asalto cometido contra una escribana en el centro de Paraná. Además, se tramitaban en la Fiscalía todas las causas que fue acumulando por robos y estafas cometidos en menos de seis meses desde que se fugó de la cárcel, a inicios de mayo de 2020. La División Robos y Hurtos lo venía siguiendo hasta que lo detuvo en el denominado operativo «Troya».
Entre aquellas causas, lo acusaban de integrar una asociación ilícita junto a los otros detenidos: Carlos Alberto Lito Farías (jefe del grupo criminal), Sandro «Carpincho» Vega, Ramón Lágrima Venencio, Emanuel Santana y Sandro Godoy. La banda había sido llamada por la Policía como «Los Reincidentes».