SpaceX realiza el sexto vuelo de prueba de su cohete gigante Starship, aún sin lograr el regreso del propulsor al lanzamiento

Fotografía Xinhua.

La empresa estadounidense SpaceX, propiedad del magnate Elon Musk, llevó a cabo hoy el sexto vuelo de prueba de su cohete Starship, un hito clave en su esfuerzo por desarrollar un sistema de transporte espacial completamente reutilizable. El despegue ocurrió en la tarde desde la instalación *Starbase*, situada cerca de Brownsville, en el estado de Texas, Estados Unidos. Este lanzamiento es parte de una serie de pruebas que SpaceX ha estado realizando para evaluar la capacidad de la nave y el propulsor de la Starship en condiciones extremas.

Durante este vuelo, Starship encendió con éxito uno de sus motores Raptor mientras estaba en el espacio, un logro importante para la compañía. Sin embargo, uno de los principales objetivos de este ensayo era que el propulsor superpesado, conocido como «booster», regresara al sitio de lanzamiento para ser recuperado, como sucedió en el vuelo de prueba anterior, realizado el 13 de octubre. En esta ocasión, sin embargo, SpaceX no logró este objetivo y, en lugar de aterrizar el propulsor en la plataforma de aterrizaje, optó por aterrizarlo suavemente en el Golfo de México.

A pesar de este revés, la compañía consideró que el vuelo fue exitoso en términos de los otros experimentos que se llevaron a cabo. En primer lugar, el propulsor superpesado logró iniciar su aterrizaje en combustión, un paso crucial que asegura la viabilidad de aterrizajes de cohetes de gran tamaño en futuras misiones. El encendido del motor Raptor en el espacio también se logró con éxito, lo que representa un avance significativo para la reutilización de los componentes del cohete. Aproximadamente una hora y cinco minutos después del despegue, Starship se precipitó al océano Índico, cumpliendo con otro de los objetivos de la misión: probar maniobras de reingreso y el uso de escudos térmicos durante el descenso hacia la atmósfera.

Uno de los elementos clave de este programa de pruebas es la capacidad de SpaceX para reutilizar rápidamente sus cohetes, algo que podría revolucionar la industria espacial. El sistema Starship está diseñado para transportar tanto cargas como personas, no solo a la órbita terrestre, sino también a la Luna, Marte y más allá, en misiones de largo alcance. Con esta reutilización, SpaceX pretende reducir drásticamente el tiempo y los costes asociados con el lanzamiento de naves y cargamentos al espacio.

El vuelo de prueba del 13 de octubre había sido un avance importante para SpaceX, ya que por primera vez lograron recuperar el propulsor superpesado al traerlo de vuelta al sitio de lanzamiento. Utilizando enormes tenazas de metal, conocidas como *»palillos»*, SpaceX logró capturar el propulsor en pleno vuelo, una hazaña técnica impresionante. Este éxito refuerza la importancia de los vuelos de prueba y la capacidad de la compañía para realizar ajustes rápidos y mejorar la reutilización de sus vehículos espaciales.

El éxito en los vuelos de prueba anteriores y los retos aún por superar en este sexto vuelo demuestran la ambición de SpaceX de liderar el futuro del transporte espacial. La empresa está trabajando con un ritmo acelerado para perfeccionar sus tecnologías, con la meta de hacer los lanzamientos espaciales más baratos y accesibles, y acelerar la exploración humana del espacio profundo.