Sed de justicia

Señor director:
Aunque se disienta al origen y profundidad de la crisis del Poder Judicial en todo tiempo, ya sea porque operó en favor de las minorías o porque ahora inventan procesos, en general, hay una clara coincidencia en todos los niveles de que no funciona como debiera.
En su alegato por la causa del “dólar futuro” ante el Tribunal Oral de la Vicepresidenta de la nación Cristina Fernández de Kirchner expuso con absoluta claridad y profundidad los mecanismos de enlace entre el poder del macrismo algunos funcionarios y magistrados del Poder Judicial y de los medios de deformación de la información que posibilitaron el inicio y la continuación de los procesos judiciales en su contra, principalmente, y de algunos funcionarios o empresarios “rebeldes” ante el poder de turno.
La ceguera y la parálisis de imaginación que muestran los macristas oponiéndose a su reforma se explican en función de que les privaría de sostener a aquellos integrantes que le sirven para defender sus privilegios o negociados, cada vez con mayor evidencias, direccionando resultados judiciales.
No obstante tal postura utilitaria, la misma no debe ser motivo de impedimento para avanzar en las reformas estructurales que necesita el Poder Judicial…
Es muy probable, por no decir casi seguro, que la mayoría sólo sufre los efectos de tal accionar sin llegar a captarlo en toda su dimensión, quedando reservada su siniestra evaluación para los beneficiarios directos y cómplices de tal ejercicio del poder de las élites.
El ciudadano común sufre las consecuencias y desde su impotencia nace una indignación que excede los límites de lo que podemos llamar el campo de la racionalidad.
Se puede concluir que dentro del sistema no hay justicia, entre otros factores históricos que podemos señalaren apretada síntesis: a) la tan mentada independencia que se sostiene en base a un diseño elitista; b) las facultades que tiene el Poder Judicial de ser el intérprete último de la Constitución y su legitimidad lo cual nos asegura la transparencia de esa interpretación; c) los jueces en tanto minoría están motivados a representar a las minorías.
Lo señalado en su conjunto no contribuyen al fortalecimiento de los principios básicos de la conducta judicial: independencia, imparcialidad, integridad, corrección, igualdad, competencia, diligencia, y pasando el territorio político como dijo Arturo Jauretche luego del golpe de 1995 “la multitud no odia, odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.
Aldo O. Savina