Se fue del programa para hacer “el mejor trabajo del mundo”

A partir de su trabajo en El gran premio de la cocina, el certamen gastronómico que se emite en las tardes de El Trece, Felicitas Pizarro se convirtió en una de las cocineras más queridas de la televisión. La jurado puso en pausa su participación en el programa por un motivo más que atendible: el inminente nacimiento de Indalecio, su segundo hijo. En su última participación en el ciclo, la emoción se invadió de su rostro y se trasladó al de sus compañeros. Todo sucedió en los minutos finales del envío, cuando la conductora, Carina Zampini, anunció que se trataba de un día muy especial. “Llegó el momento de dejarla ir por un ratito, porque Indalecio está pidiendo pista”, señaló la conductora. “La vamos a extrañar”, agregó su colega, Juan Marconi. La cámara enfocó a Felicitas, que sabía que hablaban de ella: se tomó el rostro, y se preparó para un momento emotivo que iba a transitar inevitablemente entre lágrimas. La cocinera dejó su lugar en el sector de degustaciones y se acercó a la posición de los conductores. “¿Tengo que hablar?” preguntó Pizarro, quien, finalmente, se recompuso y repartió emotivas palabras tanto para los conductores como para sus compañeros del jurado y los participantes.