Se cumplieron 25 años sin la presencia del gran Tato Bores

Fue uno de los cómicos que mejor describió la idiosincrasia de la Argentina. A pesar del paso del tiempo, sus monólogos sobre la actualidad siguen teniendo vigencia.

Algunos podrían decir que fue el mejor analista político, económico y social de la Argentina. Pero él prefería definirse, simplemente, como un “artista cómico”. Se llamaba Mauricio Borensztein, pero todos lo conocían como Tato Bores. Y ayer se cumplieron 25 años de su muerte. «Desde que era chiquitito que vengo escuchando que hay que sacrificarse en aras del futuro.
El lema nacional siempre ha sido ‘jódanse hoy para disfrutar mañana’. Y uno pone el hombro, pero el futuro por definición se pianta y uno jamás lo puede alcanzar», decía en unos de sus clásicos monólogos allá por el año 1989. Y esta frase, como tantas otras que quedaron registradas en los videos de sus programas, parece estar destinada a no perder actualidad nunca. Nacido el 27 de abril de 1927, Borensztein se había criado en el seno de una familia judía de bajo recursos de la Capital Federal. Muchos lo consideraban un erudito, pero la realidad es que no había terminado el colegio secundario por falta de interés en los estudios y, desde muy joven, había comenzado a trabajar como plomo en la orquesta de Luis Rolero y René Cóspito. Así fue como, en la despedida de soltero del músico Santos Lipesker, se subió al escenario a contar algunos chistes. Y, al verlo, Pepe Iglesias ‘El Zorro’ lo convocó para que fuera su partenaire en su programa de Radio Splendid y el guionista Julio Porter lo rebautizó con su nombre artístico. Así empezó todo. Lo cierto es que, más allá de su extensa carrera como cómico en radio, teatro e incluso cine, Tato será recordado por siempre por sus inolvidables monólogos de televisión.
Arrancó en 1957, en el antiguo Canal 7, con un ciclo que se llamaba Caras y morisquetas. Y, aunque el programa fue cambiando de nombre y de emisora hasta su despedida, que fue en 1993 con Good Show por Telefe, siempre mantuvo intacta su esencia.