Se cumplen 59 años de la inauguración de su actual sede

El 27 de Junio de 1961 se inauguró la actual sede del club Tomás de Rocamora.

Anteriormente el Tomás de Rocamora había tenido varias sedes en diferentes lugares de Concepción del Uruguay.

El club Tomás de Rocamora está próximo a cumplir 93 años de fundación. Será el 16 de Julio próximo. Pero además en este mes se recordará los 59 años de la sede que posee actualmente en el bulevar Yrigoyen.
En un artículo que emitió Prensa d e la entidad roja se destaca que “el 27 de julio de 1961 se procedió a cortar las cintas para inaugurar la nueva sede, en el ambiente donde hoy funciona el buffet y el Gimnasio Rocamora. Don Albano Paterno fue el constructor del edificio. Un par de años después se construye la nueva cancha de básquet y posteriormente la tribuna. Allí, en 1965, se escribió una de las páginas más importantes de la historia cuando se conquistó el Campeonato Argentino de Clubes”.
Más adelante expresa que “Eduardo Giqueaux se lleva los máximos laureles ya que desde su primera presidencia, en 1956, manejó los destinos de la Institución por 11 periodos consecutivos y otros siete alternados, además fue quien procedió a cortar las cintas para inaugurar la nueva sede el 27 de julio de 1961”.
“En 1935 dio inicio la gigante faena de Julio César Paccagnella, quien no solo estuvo en tres oportunidades al frente de la presidencia sino que además se encargó de dirigir a los equipos de básquetbol desde 1935 a 1979 de manera interrumpida”.
“En la nueva cancha de básquet, en el año 1965, se escribió una de las páginas más importantes de la historia cuando se conquistó el Campeonato Argentino de Clubes. Aquel equipo de 1965 estuvo integrado por, entre otros, Mario «Tucumano» González, Enrique Palladino, Raúl Rivero, Oscar Dutra, Alberto Podestá, Juan Aguilar y Luis Delorenzi, Jorge Broggi, Pedro ClaaeCosa, Richard, Alejandro Barreto entre otros, entrenador Julio César Paccagnella”.
Por último destaca que «He vivido desde casi sus albores la vida de este Rocamora que fuimos soñando y aprendiendo a querer a medida que íbamos elaborando, sin prisa pero sin pausa, la humilde grandeza que hoy ostenta. He brindado gran parte de mi existencia, no sólo al desvelo que provoca el hallarse abocado a llevar adelante una empresa deportiva altruista, sino en el afán de que ese deseo involucrara, en su realización, los fines más dignos y nobles que pueden inculcarse a la niñez, a la adolescencia y a la juventud» – escribió Don Julio Paccagnella”.