Señor director:
Por favor estoy esperando que alguien se haga escuchar y empiece a reclamar por la vuelta de los juegos de niños en las plazas. Al menos planificando un esquema para que los chicos puedan ir a esos lugares a disfrutar, ya que los mayores podemos asistir libremente a bares y restaurantes.
En la isla del puerto se encuentra quizás el lugar más paradigmático, donde funciona una cervecería que cuenta con juegos de niños, para distraer a los más chicos cuando la pandemia no era un problema como lo es hoy. En dicho lugar, los adultos podemos sentarnos a consumir (alimentos o bebidas), compartiendo el baño y un espacio donde el virus podría circular libremente, pese a las medidas sanitarias que se tomaron en este comercio y muchos otros que empezaron a funcionar.
No es mi intención caerles a los empresarios gastronómicos, ya que dan trabajo a muchos jóvenes de la ciudad que empiezan a buscar un lugar en el mercado laboral. Mi intención es realzar lo contradictorio que resulta al ojo común de las personas, ver un bar lleno de personas que comparten un baño y la mayoría a la hora de entrar a dicho sector del bar no toma los recaudos típicos a tener presentes en medio de una pandemia mundial. No digo que deben abrir los juegos de niños de manera indiscriminada, pero si le encontraron la vuelta a los bares, al menos estaría bueno que algún político gaste un poco d su tiempo planificando una posible utilización de los juegos en las plazas.
Si bien hice la comparación con los bares, también se puede realizar un paralelismo con los gimnasios de la ciudad, donde seguramente algunos cumplan con las normativas, pero la práctica demuestra que no es tan así.
Beatriz Leguizamón
